Todos en la vida pasamos por situaciones que ameritan tomar ciertas decisiones; sin embargo, no a todos se les hace fácil dar ese paso, y es que incluso hay quienes tienen dificultades hasta para tomar las más simples o sencillas como, por ejemplo, elegir entre tomar un vaso de agua o un café.
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Especialistas en salud mental señalan que tomar decisiones es una habilidad fundamental para enfrentar los desafíos que se presentan en la vida cotidiana, sin embargo, el hecho de que a una persona le cueste dar ese paso tiene que ver con lo que se conoce como aboulomanía, que es un trastorno que puede llegar a afectar severamente la calidad de vida de quienes lo padecen, e incluso limitar su autonomía e independencia.
Respecto al tema, la psicóloga Laura Virgüez señala que no es una enfermedad, sino un trastorno que se manifiesta como una incapacidad para tomar decisiones.
¿Cuáles son los síntomas?
Hay varios síntomas que dan señales de que alguien pueda estar en presencia de este trastorno, que quizás muchas veces pasa desapercibido.
“La dificultad para decidir no es solo molesta, sino que bloquea por completo, por ejemplo, no puedes decidir a qué lugar ir de vacaciones, aunque tengas varias opciones atractivas. Otro de los síntomas son las dudas constantes, ya que estas se convierten en tu sombra, analizas cada detalle una y otra vez, sin llegar a una conclusión”, precisó.
Menciona que otras de las señales, que es muy común en estas personas, es la procrastinación extrema, es decir, que para evitar la angustia de decidir pospone las cosas indefinidamente y utiliza frases como: “lo haré mañana o más tarde”, e incluso puede dejar de hacer una tarea o actividad importante hasta el último minuto, generando estrés innecesario, y puede llegar a aplazar hasta citas médicas o reuniones importantes ocasionando que la situación se vuelva insostenible.
“La incapacidad para tomar decisiones genera ansiedad, estrés e incluso depresión. La presión interna se hace insoportable, experimentas palpitaciones, sudoración o dificultad para respirar cuando te enfrentas a una decisión; tienes problemas para dormir debido a la preocupación por las decisiones que debes tomar; te sientes abrumado y desanimado por la constante indecisión”, precisó.
Una persona con indecisión extrema puede también manifestar sentimientos de culpa y frustración, señala la especialista, precisamente por no poder o no saber actuar al momento de decidir.
“Las personas pueden culparse por no haber tomado una decisión antes que les ha hecho perder una oportunidad, se sienten frustradas por esa incapacidad de decidir cosas simples y se sienten impotentes ante la situación, sin saber cómo salir de este ciclo de indecisión”, indicó.
“En los adolescentes se vuelve más frecuente debido a las presiones sociales, las decisiones sobre el futuro y la búsqueda de identidad y en la adultez porque es una etapa de grandes cambios y decisiones importantes, lo que puede aumentar la probabilidad de experimentar aboulomanía”, detalló.
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Existe tratamiento
Lo importante frente a este tipo de situaciones es acudir a terapia psicológica para que ayude a salir de ese círculo y así poder enfrentar esas situaciones que muchas veces agobian por el simple hecho de no poder dar el paso ante esa decisión.
“La terapia cognitivo-conductual es especialmente útil para identificar y modificar los patrones de pensamiento negativos que contribuyen a la indecisión, en algunos casos los medicamentos antidepresivos o ansiolíticos pueden ayudar a controlar los síntomas de ansiedad y depresión asociados con la aboulomanía”, explicó.
Recomienda realizar técnicas de relajación como la meditación o el yoga, ya que pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar la capacidad para tomar decisiones, entre otras.