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jueves, noviembre 21, 2024
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“Como una sombra que se dibuja en el cielo…”

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Se ha dicho que Cristóbal Colón, había nacido en Génova, ciudad de Italia. Otros dicen que fue en Cogureto o Cogoleto; que en Albisolo cerca de Sabona, otros que en el Village de la Nervi sobre la costa de Génova y otros en Pallestrelli de Plasencia. Posteriormente se dijo que, “…un antiguo prefecto de Córcega, el señor Giuvega, encontró en los registros de la ciudad de Calvi, el acta de nacimiento y la fe de Bautismo de Cristóbal Colón. “Así entra Calvi, ciudad de Córcega a disputar el honor del nacimiento del navegante.

Se dijo que Colón, era un experto navegante que estudió a Marco Polo y sus escritos sobre la existencia de Cipango, que era un convencido de la redondez de la tierra y proyectaba emprender un gran viaje por mar y que para ello, buscó apoyo en el senado de Génova y fue rechazado. Lo mismo en Lisboa y el gabinete se desentendió de su proyecto y España, no le prestaba atención. Ante estas realidades, se dice que logra el apoyo de los señores, Mendoza, Quintanilla y Talavera, quienes ponen su influencia con los Reyes Católicos al servicio del proyectado gran viaje de Colón.

El Rey Fernando no le da mucha importancia y la influencia de estos señores logró inspirar el ánimo de la Reina Isabel, aquella dama “… De mediana estatura, bien compuesta en su persona y en la proporción de sus miembros. Era muy blanca y rubia, los ojos entre verdes y azules, el mirar muy gracioso y honesto, las facciones del rostro bien puestas, la cara muy hermosa y alegre …”. Ella, convencida de que el proyecto del navegante, convenía a la monarquía española, influye en su esposo, el rey y se da el apoyo al grandioso proyecto de Colón.

El reino, experimentaba una difícil situación por la guerra contra los moros; entonces, Isabel asume la empresa y dice a su esposo, el Rey: “No expongáis el tesoro de vuestro reino de Aragón; yo tomaré esta empresa a cargo de mi corona de Castilla, y cuando esto no bastara, empeñaré mis alhajas para recurrir a sus gastos.”

Aceptado el súper viaje por la monarquía española, Colón y los reyes, firman pactos en la ciudad de Santa Fe, en la Vega de Granada el 17 de abril de 1492, los cuales a grandes rasgos, establecen: que Colón y sus herederos y sucesores, perpetuamente, ejercerán funciones de almirante en todo lo que descubriese que sería virrey y gobernador de todas las tierras y continentes que descubriese. Que tendría derecho a la décima parte de todo lo que obtenga por el descubrimiento, después de deducir los gastos que Colón o su lugarteniente, serían los jueces en todas las cuestiones o debates que pudieran surgir entre los países descubiertos y España y que le sería permitido contribuir, con una octava parte, a los gastos de armamento, a condición de cederle en cambio, la octava parte de las ganancias.

A Colón se le prohibió tocar en posesiones portuguesas en África y sus islas y se le dieron “cartas recomendaticias” para los monarcas que pudieran hallarse en el trayecto.

Colón parte del Puerto de Palos con dos carabelas, La Pinta, La Niña y una nave: la Santa María, al mando de Colón como Almirante. La Pinta y la Niña mandadas por Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez, nativos de Puerto de Palos, ricos armadores y expertos en navegación. Estas naves, salieron del Puerto de Palos, el 3 de agosto de 1492 por Río Tinto.

Las naves parten y solo verán mar durante el largo viaje, nada de tierra. Todos estaban inquietos, los ánimos caldeados. La tripulación llevada por el miedo y la ignorancia, comienza a menospreciar a Colón y lo amenazan de muerte. Su vida, está en peligro. Así llega el 11 de octubre y a las 10 de la noche de ese día, desde el castillo de proa, se cree ver una luz pequeña y brillante, que cambia de posición, se oculta, reaparece; era la bitácora de alguna de las carabelas, se piensa que era La Pinta que por ser más velera iba adelante.

El tiempo transcurría, los barcos navegaban y así, “… A las 2 de la mañana del 12 de octubre, se oye el estruendo de la artillería de la nave delantera es el anuncio cierto de tierra descubierta por un marinero sevillano, Juan Rodríguez Bermejo, conocido como Rodrigo de Triana. Lo que logran ver es como una sombra que se dibuja en el cielo. Todos se apresuran a contemplarla, no se separan los ojos de ella. Nace el nuevo día y distinguen en la ribera cercana de una isla árboles y arroyos. Colón, recupera su poder, su liderazgo y da gracias a Dios, la tripulación lo imita. La crónica expresa: “… Entre tanto que esto pasa, reúnanse en la ribera gran número de los habitantes de aquella tierra, asombrados al parecer del nunca visto espectáculo.

El almirante Cristóbal Colón, ricamente vestido del uniforme de su alto grado, desembarca y pisando, el primero de su comitiva, tierra del Nuevo mundo, en la isla de Guanajuaní el día 12 de octubre de 1492, toma posesión por la Corona de Castilla, dando a dicha isla el nombre de San Salvador “. Con este desembarco, el mundo no volvió a ser el mismo y España comenzó el mejor negocio que país alguno haya realizado en la historia de la humanidad.

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