
Invierno, época del año en que la naturaleza deja caer sobre la tierra el agua evaporada de ríos, mares, lagos y otros tantos depósitos del vital líquido. Es una época de esperanzas para la vida humana, es cuando se siembra y cosecha la mayor parte de los alimentos de la tierra.
En invierno, nos deleitamos con los imponentes aguaceros. En las casas de nuestros pueblos, el agua de lluvia baja por el tejado, a través de una especie de canales recolectores, la gravedad las une y en forma de chorros se precipita a los patios y jardines de las casas, y los mortales recibimos en nuestra humanidad la bendición del agua pura de lluvia que caerá sobre nuestros cuerpos y al recibirlas surge un renacer de energías.
Guama, no es ajena a estas conductas y placeres. En las montañas de la Cordillera de la Costa que tenemos al norte, al llover el agua drena hacia el valle en grandes cantidades y a velocidad incontrolada, arrastrando sedimentos y cualquier material que consiga en su desprendimiento desde lo alto y, al llegar a terreno plano, es decir, al valle, lo que recibimos es una especie de diluvio de barro que tapa tuberías de agua potable o las arrastra con su fuerza despiadada, dando lugar a la suspensión del servicio del vital líquido que, a veces, llega a dos semanas.
Las autoridades se declaran en emergencia, reponen tuberías, limpian los tanques de almacenamiento y, muchas veces, con ello, no se logra restituir el servicio que prestan los acueductos pues, al seguir lloviendo en la montaña, el valle recibe continuamente agua turbia.
No soy técnico en la materia, pero sé escuchar a los que saben, y opinan que el agua sucia del invierno en las tuberías del acueducto de Guama y la consuetudinaria suspensión del servicio de agua potable tiene solución, y esa solución, tiene un nombre: “construcción de una galería filtrante” en la toma del acueducto, ubicada al norte del pueblo.
Esto consiste, en lenguaje sencillo, en abrir una zanja profunda en el río o cerca de él, construir en ella una especie de tanque de concreto, cubrirlo con un armazón de hierro y encima de este depositar materiales que filtren el agua desde el nivel del cauce original al referido tanque, que pasa a ser subterráneo. Realizado esto, el agua en verano y en invierno pasará por encima de ella y permanentemente se filtrará llegando al tanque del fondo agua limpia y pura y de allí, pasará a la red de tuberías sin interrumpir el servicio.
Se dice que en su mantenimiento se gastaría menos que los actuales costos de reposición de materiales y servicio, y el financiamiento de la obra lo harían organismos nacionales, pues, la Alcaldía ni la empresa hidrológica, pueden costearla. Es una idea que dejamos a la consideración de los seres que desean gobernar este municipio en los próximos años.
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