
El Domingo de Resurrección, también conocido como Domingo de Pascua, marca el cierre de la Semana Santa, en la que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo y en la que se le recuerda a cada uno de los fieles creyentes lo que vivió Jesús en la Cruz.
Esta importante celebración religiosa marca el final de la Semana Santa y el inicio del tiempo pascual, un período de alegría y esperanza que se extiende hasta Pentecostés (50 días después de la Pascua).
En todas las iglesias de #Yaracuy muchos feligreses participaron llenos de fe y con mucha devoción en este cierre de la Semana Mayor, en la que predominaba el canto: ¡Aleluya, Aleluya! y ¡Él Vive! y, por supuesto, el canto solemne del Gloria con toques de campanas que hacen referencia al renacer de Jesús.

Para muchos sacerdotes lo más importante es que como creyentes, cada persona también pueda resucitar en muchos aspectos de la vida, entre ellos, el amor hacia el prójimo, ser más generosos, caritativos, prudentes, entre otros valores.
«La invitación es para que este tiempo de la Pascua en la que celebramos la victoria de Cristo sobre la muerte es que sea la ocasión perfecta para testimoniarlo en este Año Jubilar, que todos podamos ser testigos de la esperanza como nos invita el Santo Padre, ¡Feliz Pascua de Resurrección!», expresó el presbítero Eliézer Escalona, párroco de la Iglesia La Ascensión del Señor de San Felipe.
«El gran signo que hoy nos da el Evangelio es que el sepulcro de Jesús está vacío. Ya no tenemos que buscar entre los muertos a aquel que vive, porque ha resucitado. Y los discípulos, que después le verán resucitado, es decir, lo experimentarán vivo en un encuentro de fe maravilloso, captan que hay un vacío en el lugar de su sepultura. El Evangelio dice que: «entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó» (Jn 20,8), expresó parte de la homilía.
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