
En la Semana Santa uno de los días más importantes es el Sábado Santo. Se trata del momento en que los cristianos entran en vigilia a la espera del Domingo de Pascuas que se celebra la resurrección de Jesús.
El Sábado de Gloria, como también es conocido como Sábado Santo, marca una jornada de profundo significado espiritual en la tradición cristiana. Se trata de la penúltima fecha de la Semana Mayor, y forma parte del Triduo Pascual, que comprende el Jueves, Viernes y Sábado Santo, culminando con la Pascua de Resurrección.
En la iglesia ortodoxa el día es denominado también como Gran Sábado, y conmemora el descanso de Cristo en el sepulcro, su descenso a los infiernos y su entrada en el paraíso. Se realiza una víspera de la celebración litúrgica de San Basilio el Grande.
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Durante esta liturgia se bendice el agua, se bautiza a los nuevos cristianos de ese año y se renuevan los compromisos bautismales. La liturgia de la eucaristía es más especial, en la que se entonan cantos de júbilo y alabanza durante las comuniones. Para finalizar, los feligreses reciben la bendición.
En vista de que no puede celebrarse ningún rito oficial, se suelen realizar retiros espirituales y las iglesias permanecen abiertas para que los sacerdotes atiendan confesiones. También es común la misa de la Liturgia de las Horas por parte de los clérigos con participación de fieles seglares. Hoy se debe reflexionar sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

Muchos creyentes realizan ayuno para honrar de esta manera la muerte de Jesús y prepararse para conmemorar su resurrección.
Esta noche tendrá lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual, acto que se realiza previa al Domingo de Resurrección. En todas las iglesias cristianas se realiza un ritual similar antes de la medianoche, compuesto de varias partes: bendición del fuego o lucenario, llturgia de la palabra, liturgia bautismal y liturgia de la eucaristía.
Anteriormente, se acostumbraba a arrojarse agua, ya que algunas personas solían creer que al hacerlo se purificaba su alma y así, aliviaban sus pecados; sin embargo, gracias a las sanciones implementadas por distintos gobiernos para evitar el desperdicio y mal uso del agua durante el Sábado Santo, esta tradición dejó de ocurrir, y en su lugar muchos creyentes acuden junto con sus familias a nadar, ya sea en playas o balnearios.