Hay que evitar sin juzgar a priori a nadie, no caer en el terreno fangoso de la envidia, odio, maldad, aprovechamiento indebido de algo que no nos pertenece, no gozar con el dolor ajeno, es la seguridad de que nadie nos va a aplicar esa misma dosis, porque como dicen “con la misma vara que midas, serás medido”, y en muchos casos el castigo se presenta con un poquito más alto sobre la deuda.
Esto va con aquellos que por venganza o por envidia, al no poderse desenvolver en cualquier actividad que el Creador le haya concedido como un don para llegar a ser un triunfador, es cuando surgen los inventos en su contra, por ejemplo, en cualquier reunión viene la destrucción masiva por parte de uno solo que filtra.
Además, en dicha reunión alguien pregunta: “mira fulano, ¿qué tal es tu vecino? Este responde, “no, ese elemento no sirve, ese le pega a la mujer, en todas partes debe dinero a todo el mundo, ya anda como loco en la calle, y lo último es que se corre el rumor de que después de viejo se metió a mariachi, y no es de esos músicos que tocan rancheras precisamente”.
Estos indignos de la vida son los que pagan con creces sus maldades, por poner por el suelo la personalidad y buen nombre de alguien, y aquí mismo se paga todo.
En otro orden de ideas, esta es mi opinión. Nuestro planeta Tierra esta tostado, hablando en término actualizado, cuando alguien es demente, le añaden “fulano está tostado, loco de remate”, y digo eso por lo siguiente, y espero que me corrijan, por si estoy pelado en esta opinión.
Los mandatarios más poderosos del planeta, con los países más pequeños, los han incautado, y cada uno por su lado, de acuerdo al pensamiento ideológico en cada quien.
En el hemisferio, sea de países pequeños o medianos, pasó algo así como por un taller de alineación automotriz, y valga la comparación, ya que son unos cuantos alineados como naciones donde están de por medio muchísimos intereses, donde el pez grande se traga al más pequeño.
Hoy día se nota más por crecimiento demográfico, no permiten que la existencia en todos los rubros alcancen para tantos millones de habitantes en el globo terráqueo, y de paso por el recalentamiento global caemos en la desesperanza llegando a la conclusión que este es otro siglo vencido de nuestro planeta, como sucedió cuando el diluvio cuando nuestro Dios encomendó a Noé, con su gigantesca nave, a rescatar a sus elegidos para refundar nuevamente lo que da en estos momentos la impresión de que el tiempo del toro está vencido.
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