ONU: El foro de la Organización Naciones Unidas sirvió para que muchos presidentes trataran el tema Venezuela. Tenemos que elevar el discurso en el país y ya dejar de operar sobre ello con supuestas intenciones injerencistas. Opinar o mediar no es interferir, y así lo ha hecho Venezuela en diversos conflictos en el mundo a lo largo de su historia. Hay un problema político en el país y es la desconfianza que ha generado un proceso electoral que violentó un sinfín de procedimientos, cosa que no se puede acallar. Más allá de la diatriba de tal o cual vencedor, el garante electoral, el CNE, no cumplió con su papel, y eso es algo que puede pesar hasta al propio oficialismo. Todo aquel que pueda contribuir de buena fe para una verdadera paz, y no una disputa de intereses, debe ser bienvenido. Además, y siendo bien sincero, a los venezolanos nos importan más nuestros problemas, que la crisis en el Medio Oriente.
Hasta los aliados: Gustavo Petro y Lula han marcado una posición clara sobre el problema venezolano y es la exigencia de claridad en los resultados del 28J. Nadie puede decir que estos mandatarios, junto al saliente López Obrador, de México, no han sido aliados del Gobierno de Maduro. ¿Por qué el oficialismo se empeña en que sea reconocido un triunfo electoral solo por fe, como si se tratara de un milagro y no de un proceso que supone todo un protocolo de revisión ciudadana? Una democracia es sana en la medida en que puede ser más transparente y menos polarizada. Si bien, son cuestionables algunos procedimientos y posturas en la oposición venezolana; no son menos las que exhibe el oficialismo y la amenaza permanente al disenso. En cuanto al 28J, cualquiera que exija transparencia, ¿comete alta injerencia? La paz no se construye así.
Sanciones: Ya salen algunos voceros descalificados, moral y políticamente en todas sus posturas, a exigir mayores sanciones o la suspensión de las licencias petroleras para el país. Nadie en su sano juicio, y menos quienes estamos en Venezuela, podemos apostar porque los ingresos del país se reduzcan dramáticamente, y lleguemos a tiempos que, a Dios gracias, fueron superados. Se puede discrepar o no con el gobierno de Maduro, pero estas medidas perjudican más a la población que al Gobierno. Actualmente, hay múltiples limitaciones operativas y financieras que afectan a personas que en nada tienen que ver con política, muchos teletrabajos fueron suspendidos en tiempos recientes, hasta empresas de software y equipos tecnológicos, cerraron operaciones con Venezuela, y, ¿quiénes somos los afectados?
Campaña anti Contactless: Se está promocionando el uso de las nuevas tarjetas bancarias NFC (contactless), que permiten operaciones más rápidas y directas, pero en paralelo, parece haber surgido una especie de campaña para contradecir sus bondades y exponer falsos riesgos en el uso de las mismas. Estas tarjetas son usadas en la mayoría del mundo y son prácticamente un estándar. Son más seguras porque no hay que andar gritando ni la cédula ni la clave a toda voz, como nos acostumbramos a hacer aquí (como si eso fuese muy seguro). Se aduce que alguien puede acercar un punto al pantalón (donde estaría la tarjeta) y hacer la operación, cosa que resulta infantil: ¿no sería extraño ver a alguien con un punto de venta tocando bolsillos al azar? Qué curioso que un avance tecnológico claro, tenga este nivel de resistencia. En mi canal de YouTube (@LuismrTV) hay un vídeo que explica brevemente el tema.
Postfeminismo: Un abogado es actualmente procesado por maltrato a la mujer. Lo más curioso del caso es que, al parecer, en la fiscalía que lleva el caso, reposan diez denuncias contra el jurista. Se hace propicio un análisis detallado sobre esta conducta institucional (este lunes en Trago Amargo): llevar la protección a la mujer a escala de charlas, etiquetas, parafernalia y burocracia, cuando en la práctica, esto demuestra la grave indefensión jurídica que padece.
