El Tottenham Hotspur, 17º en la Premier inglesa, obtuvo premio doble este miércoles al llevarse la Europa League ante el Manchester United (1-0), una victoria que mete a los ‘Spurs’ en la próxima Liga de Campeones. La final fue disputada en el estadio de San Mamés, en Bilbao, España.
Los ‘Diablos Rojos’, por su parte, solo un puesto por encima del Tottenham en la Premier, cierran una temporada para olvidar sin que ni siquiera la llegada del técnico portugués Ruben Amorim pudiera hacerles reaccionar.
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En la fiesta 100% inglesa en San Mamés, la celebración fue para los de la capital británica y la pena para un United con problemas económicos al que la próxima temporada no le caerá el maná de disputar competición europea. Un drama para el club de Old Trafford, representado en el palco de San Mamés por su leyenda Sir Alex Ferguson.
Un gol de Brennan Johnson (42), con la colaboración involuntaria de Luke Shaw, permitió a los ‘Spurs’ de Ange Postecoglou romper una sequía de títulos que se remontaba a 2008 (Copa de la Liga inglesa) y reencontrarse con un título europeo 41 años después (Copa de la UEFA de 1984).
Sexto club inglés en Champions
Con ese éxito, el Tottenham será el sexto equipo inglés en la próxima Liga de Campeones y disputará en el verano (boreal) la Supercopa de Europa ante Inter de Milán o París Saint-Germain.
El conjunto de Londres se confirmó como gran pesadilla del United este curso en el que les han ganado sus cuatro enfrentamientos, dos de Premier, uno de Copa de la Liga y la final de la Europa League.
En un partido intenso y eléctrico, entre dos equipos que pusieron sobre la mesa más físico que calidad, el gol llegó tras un centro al área del 29 que remató Brennan Johnson. El balón tocó en el brazo de Shaw, colándose con suspense por el palo corto de André Onana.
Todos los ojos en Heung-Min
El título fue muy especial para Heung-Min Son, capitán del Totteham, quien tras una larga y llamativa carrera en Tottenham, por fin logró levantar su primer título a nivel de clubes.
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Si bien, el surcoreano no fue titular, estuvo en cancha para disfrutar de este histórico momento.
El atacante surcoreano, ídolo indiscutido de la afición, celebró emocionado este logro que le había sido esquivo durante años.
Son tuvo que esperar y trabajar durante casi 500 partidos, más de 10 años para levantar un título con el club de sus amores. Varias derrotas y fracasos durante muchas temporadas fueron recompensadas con el título que seguramente recordará durante toda su vida.
