
Este fin de semana los trabajadores de la administración pública recibieron el Bono Contra la Guerra Económica, que en el caso de los activos fue de Bs. 11.280 ($ 119) y para los jubilados de Bs. 10.528 ($ 111), esto tras el ajuste que anunció a inicio de mes el Ejecutivo nacional.
En esta oportunidad, el pago tuvo una diferencia del 60 % en comparación al de abril, que en ese momento fue de Bs. 7.020.
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De 10 personas consultadas, ocho afirmaron que destinaron esta bonificación para abastecerse de alimentos, y sostuvieron que, pese a que el subsidio pasó de $ 90 a $ 120, el mismo sigue siendo insuficiente para cubrir todas las necesidades básicas.

El uso de este bono para la adquisición de los productos básicos fue palpable y visible, especialmente este sábado cuando la zona comercial de San Felipe estaba abarrotada de consumidores, especialmente en abastos, fruterías y farmacias, algunos aseguraron que parecía un 24 de diciembre, ya que había colas en todos estos tipos de negocios.
«Compré comida para unas dos semanas y lo que me quedó lo guardé para las medicinas de mi mamá», dijo una trabajadora de un instituto público de San Felipe, quien afirmó que el bono llegó un poco más sustancioso, sin embargo, todo en la calle estaba más caro.
«Mi bono lo usé para hacer mercado, pagar el inter y llevar a mis hijos a comer helados, se me acabó prácticamente en dos días. Si bien es cierto que ayuda, no es la solución a todos los problemas económicos«, dijo otra trabajadora consultada.
Hubo quienes afirmaron que toman una parte de este pago para cambiarlo por divisas y guardarlas para una emergencia, otros para pagar deudas pendientes. Hay quienes lo usan exclusivamente para abastecer la nevera, pero todo el conjunto es matemáticamente imposible.
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«Trato de estirar ese bono lo más que se pueda, porque básicamente es lo único que recibimos, en mi quincena llega a solo Bs. 200″, contó una maestra del municipio Cocorote, quien afirmó que no pensó dos veces para comprar alimentos, en su caso, le alcanza para una semana, aproximadamente.

Un pequeño respiro
Varios de los comerciantes afirmaron que ellos ‘ven luz’ es cuando cancelan este bono, ya que prácticamente la economía regional se mueve al ritmo de este tipo de pagos por parte del Estado.
«Tuvimos cola todo el día, las personas gastaban entre Bs. 3 mil y hasta Bs. 8 mil en compras», dijo el trabajador de un abasto en San Felipe.
Hubo quienes afirmaron que las ventas en locales de comida rápida, heladerías y dulcerías también tuvieron cierta movida. Hay quienes aprovechan este pago ‘para darse un gustico’.
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