Transcurrió la Semana Santa en el país con algunos aspectos interesantes que analizar. El primero, la capacidad limitada de transporte de la población. Y no me refiero a la buena iniciativa de prestar el servicio de Bus Yaracuy para la tradicional visita de los Siete Templos. Me refiero a que la gente, en muy buena parte, prefirió la casa a la movilización por temas de costos. En cuanto a lo vacacional, la poca afluencia en la Terminal de Pasajeros de Independencia es prueba inequívoca de lo anteriormente descrito.
Sobre algunos puntos turísticos, el abuso imperó en precios, como en un video de Playa El Agua, en Margarita, donde el alquiler de toldos comenzaba en la “módica” suma de cien ($ 100) “dolitas”. Con ese monto, se compra una buena sombrilla playera o un toldo de 3×3 metros. El venezolano vivo aprovechándose del venezolano.
–Durante estos días, el PSUV y su batería de alcaldes se encargaron de presentar a su candidato Leonardo Intoci en todas partes, literalmente. Si hicieron una sopa en alguna parte, llevaron a Intoci, para hacerle honor al refrán. Obviamente, la maquinaria debe promocionar a su candidato, sin embargo, hay que tener cuidado con las formas. No creo que la predecible victoria de Intoci esté en riesgo porque no lo lleven a cada evento público, hasta descontextualizando el esquema de gestión gubernamental. Con estos errores de estrategia, es lo sensato no excederse, y destaco que fue precisamente este esquema de personalismo inorgánico lo que mermó la popularidad del exgobernador Julio León. No ha empezado la campaña y es importante insistir en que Intoci, si las condiciones se mantienen, parte de favorito en la contienda de gobernadores, ya que cuenta con la esencial presencia de catorce alcaldes que sostendrán, en definitiva, a la maquinaria roja.
Por cierto, en cuanto a su propuesta de gestión (la desconozco), lo elemental sería esperar que lo haga mejor que su antecesor.
-El área metropolitana de Yaracuy, (San Felipe, Independencia y Cocorote) será fundamental para el triunfo del próximo gobernador. No se trata solo del aspecto numérico, sino cualitativo en cuanto al voto se refiere. Recordemos que en el pasado proceso presidencial, el propio exgobernador Julio León declaró a viva voz que el PSUV había perdido en ese eje, como tradicional e históricamente había ocurrido en procesos anteriores. Partiendo de esa premisa, creo que los respectivos alcaldes tienen, en esta oportunidad, las condiciones para imponerse numéricamente en cada municipio, independientemente de que no conozcan al candidato regional, lo cual no necesariamente es una desventaja. En cuanto a los candidatos opositores, aplica lo mismo, ya que este eje supone la mayor expectativa de votos posibles.
-Sobre el voto opositor, hay mucho para hacer conjeturas. La candidatura de José de la Cruz Reyes parece que la llevan como un secreto, y es público y notorio que hay enormes diferencias entre la élite encabezada por María Corina Machado y todos los demás. Luis Parra está haciendo un trabajo de acercamientos muy interesante y positivo, y creo que es el candidato que está más claro en cuanto al contexto político que enfrenta. Sobre Juan Carlos Valenzuela, no le favorecen algunas alianzas y personajes.
En cuanto a Deiby Meza, al parecer, se inscribió por inercia. El reto de los candidatos ajenos al PSUV es recuperar la confianza del elector en el voto, muy mermada por diversas razones. Eso no se recupera solo con inscribirse y hacer publicaciones ridículas e infantiles en redes sociales. Hay que enfrentar el pasado de errores cometidos y promover que la participación ciudadana sea efectiva, más allá de los procesos de acuerdos y negociaciones que deben llevarse adelante. A pesar de lo difícil que pueda parecer el panorama, el camino es el diálogo y el voto. El radicalismo vuelve a perder terreno frente a la realidad.
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