
No sé si estarán de acuerdo conmigo en cuanto al tema de hoy, referente a una comparación dentro de mi imaginación cuando digo que en cada anochecer entramos en un túnel sin iluminación, cuando nos quedamos dormidos profundamente con un recorrido, aproximado, entre seis y ocho horas hasta que llegamos a la salida del mismo al momento en que despertamos, pero en ese sentido el túnel más grande es el que le va tocando a cada quien y viene siendo un túnel sin salida muchas veces.
Ese viaducto eterno es buscado prematuramente por nosotros mismos, ya que en ciertos momentos de la vida no esperamos que la resolvedora (la muerte) nos llegue por enfermedad o por mucho tiempo ya vivido, y es notorio en estos últimos años que han transcurrido que no hay mucho poder adquisitivo para las rumbas como antes, sobre todo en el mes de diciembre cuando el dinero de los aguinaldos alcanzaba y sobraba, pero se despilfarraba en pólvora (cohetes, explosivos y fuegos artificiales).
Yo siempre comentaba con mi fallecida y recordada esposa Olga, en mi casa materna, junto a mi señora madre, contemplando aquella quema de pólvora en exceso el 24 y 31 de diciembre. Eso era una saparapanda de explosivos: cohetes y fuegos artificiales.
Mis dos tesoros y yo, comentábamos lo siguiente: “Ay Dios!”, decía mi viejecita, “ese dinero que queman en las nubes va a hacer falta más adelante”. El tiempo nos dio la razón, y todavía sigue el despilfarro en ese concepto no alimenticio.
Por otro lado, siguen los exploradores de mi mente haciendo interrogantes, me preguntan:
“Lorenzo, ¿qué comerciantes de San Felipe e Independencia puedes aún recordar en este momento?, y respondo lo siguiente: “espera que me mastique esta agüita para complacerte, esta lista es larga, pero haré el intento, ahí voy, y nos fuimos: Jesús Galíndez, Julio Flores, Juan Quintero, Antonio Camacho, Cayetano Peña, Miguel Páez, Blas “El portugués”, Ramón Montilla, Cruz Delfín, Anselmo Dorante, Carlos Contreras, Alfonso Rivero, Juan Tovar, Francisco Castillo, Pedro y Juan Arenas.
Pedro y Agapito Aguilar, Manuel Ferrer (padre), Hilario Vargas, “Chiche” Graterón, Luis Orozco, Santos Colmenárez, Pedro Giménez, Sra. Carmen García, Ramón Conde, Cupertino Durán, Jorge H.
Saturno, Carlos Emán, Ángel Perruolo, Moisés Colmenares, Rafael Maceira, “Pepe” (Arepera El Isorano), Ángel Pérez Pérez y Bartolo Yovera.
Manuel Gudiño, Ramón Vargas, Alfonso Tovar, Pedro Yánez, Francisco Pinto, Miguel Odes, Pedro Joaquín Rabán, Dr. Antonio J. Torres, el teniente Barrios, Segundo Yánez, Pablo Siderico Avendaño, José Parra, Pedro Miguel Estrella, Jesús Elorza, Pedro Brito, Juan Avendaño, Guillermo Roldán, Julián Alejo, Teolindo Castillo, Eustaquio Abarca, Manuel Bustillo y Manuel Sandoval.
Mauricio Di Lorenzo, Ángel Rizzutti, Francisco A. Polito, Carmelo Serva, Jesús Giménez, Antonio Yacomucci, Jacinto Juárez (relojero), Pino Atria (padre), Mundo Estrella y Carlos J. Domínguez, y no les nombro más por falta de espacio, esto es algo que entrego como cronista comunal para los seguidores de mis Lorenzadas.
Lea también: Otra Lorenzada…Un algo para la crónica