La instalación de semáforos en la ciudad se ha convertido en una necesidad. Existen diversas intercepciones a lo largo del área metropolitana que requieren de este tipo de equipos para el control de tráfico vehicular, especialmente ante el crecimiento exponencial de motorizados. A la par, es fundamental que los ya instalados sean respetados por conductores y peatones.
Hay zonas de la ciudad que han crecido poblacionalmente y por ende hay mayor movilidad de conductores y motorizados, un ejemplo de ello, lo vemos en la esquina de la Avenida Carabobo con Avenida La Paz, justamente en la entrada del sector Jobito, en el municipio San Felipe, donde constantemente hay situaciones irregulares, debido a que no hay control de quien tiene el paso, tampoco sobre los límites de velocidad y menos del paso de peatones.
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Esa intercepción enlaza no solo comunidades, sino también una universidad, colegio y hasta establecimientos comerciales. La necesidad de un semáforo se siente en horas pico o en la noche, según algunos testigos, en más de una oportunidad han ocurrido colisiones y choques.
Esta misma situación se vive en la Avenida Ravell con Avenida Yaracuy, en la ciudad capital de Yaracuy, donde tampoco existe algún aparato que permita controlar la velocidad de los conductores que suben o bajan por la arteria vial y que en ocasiones son sorprendidos por otros chóferes que circulan por la otra vía.
Otro punto que requiere de un equipo de señales de control de tráfico es al final de la calle 21 con Avenida Intercomunal San Felipe El Fuerte, en esa intercepción se conectan vehículos bajando, subiendo y por los laterales sin ningún tipo de restricción, lo que ha generado accidentes.
Este escenario lo denunciaron los mismos conductores, quienes han alertado la importancia de instalar dispositivos que permitan ponerle control al tráfico, esto como una forma de construir a disminuir los siniestros viales.
Cultura vial es indispensable
A la par, es necesario que los conductores, motorizados y peatones respeten dichos aparatos, puesto que nada tiene sentido, si los instalan y «se comen la luz», como dicen popularmente. Estos equipos tienen su función y la clave para que puedan funcionar está en cada uno de los que van al volante.
