La Unión Europea acordó imponer una nueva ronda de sanciones contra Rusia, amenazando con aplicar otra si el país continúa negándose al alto el fuego incondicional de 30 días propuesto por la Casa Blanca y la «Coalición de los Dispuestos».
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El gran impulso se produce cuando Volodymyr Zelenskyy reta a Vladimir Putin a sentarse a dialogar directamente sobre la paz en Turquía, un formato respaldado por Donald Trump. Hasta el momento, el Kremlin no ha confirmado si el presidente ruso viajará a Estambul.
«Creo que si Putin no llega y se pone a jugar, será el punto final: no quiere poner fin a la guerra«, afirmó Zelenskyy.
El acuerdo preliminar sobre las nuevas sanciones, el decimoséptimo paquete desde febrero de 2022, se selló el miércoles por la mañana durante una reunión de embajadores de la UE y se espera que sea aprobado formalmente por los ministros de Asuntos Exteriores la próxima semana.
Hungría, un crítico acérrimo de las restricciones económicas, que este año casi ha bloqueado su renovación en dos ocasiones, no se opuso a las medidas. Las conversaciones entre bastidores entre los Estados miembros transcurrieron sin mayores controversias, señalaron diplomáticos, lo que podría indicar el alcance limitado de la propuesta.
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«Esta guerra tiene que terminar. Mantendremos la presión alta», afirmó Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Una vez más, el objetivo principal de las sanciones es la «flota en la sombra» que el Kremlin ha desplegado para eludir las restricciones occidentales al comercio de petróleo y mantener una fuente de ingresos que es crucial para financiar la invasión a gran escala de Ucrania.
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