
Hay cinco yaracuyanos entre las 238 personas que fueron deportadas desde Estados Unidos al Centro de Reclusión para Terroristas, cárcel de máxima seguridad ubicada en El Salvador.
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Son oriundos de los municipios San Felipe, Peña y Bruzual, pero solo se conoce de los casos del yaritagüeño Neri José Alvarado Borges (24), historia que fue reseñada previamente en Yaracuy Al Día, así como la del joven Franco Caraballo Tiapa (23) que aunque nació en Ciudad Guayana vivió en el municipio Bruzual junto a su esposa e hija, el cual fue detenido en febrero del presente año en EE UU.
Franco migró junto a su actual esposa a Estados Unidos en el año 2023 con la esperanza de tener un futuro estable, poder ayudar a sus familiares y darle mejor vida a la hija que tienen en común, a quien habían dejado al cuido de la abuela materna en Chivacoa.
Como muchos migrantes, la pareja comenzó a trabajar en el estado de Texas. En el caso de Caraballo se dedicaba a laborar como albañil de lunes a viernes y los fines de semana así como en sus horas libre aprovechaba de ganar dinero como barbero, oficio que desempeñaba en el municipio Bruzual, desde que era un adolescente.
Niegan que es delincuente
Desde hacía un año todo había estado marchando bien, pero el 3 de febrero del presente año el joven se presentó ante el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE), la cual es una agencia del Departamento de Seguridad Nacional de dicho país, en donde lo dejaron preso.
A ese organismo acuden las personas que ingresan al país ilegalmente y en cada visita les otorgan una planilla que deja constancia de su asistencia.
La familia de Caraballo indica desconocer las razones por la que lo dejaron preso, “lo que Franco dijo cuando se comunicó con la esposa es que no le informaban el motivo de la detención, pero que le preguntaban por los tatuajes que tiene y esa no es razón para dejar preso a alguien”, explicó un pariente.
Continuó diciendo que la primera decisión de las autoridades estadounidenses era deportar a los venezolanos a su tierra de origen, pero el fin de semana terminaron trasladándolos a El Salvador.
La familia considera que lo que está ocurriendo es injusto porque lo catalogan como integrante de la banda criminal “El Tren de Aragua”, grupo hamponil que operaba en Venezuela, “Franco nunca había estado preso, siempre ha sido una persona sana sin problemas con la justicia”.
Detallan que supieron de la deportación a El Salvador porque pudieron observarlo en algunos vídeos que se difundieron vía redes sociales al momento que llegó el lote de personas a referido país centroamericano, “pero no sabíamos nada de ese traslado, porque lo último que teníamos asegurado era que lo enviarían a Venezuela y lo estábamos esperando”.
Días de angustía y dolor
El joven ahora está en un país en el que no tiene familia, sumado a eso permanece en una cárcel sin haber cometido un delito, todo esto paralizó varias metas que tenía trazada junto a su pareja, quien también es de Chivacoa
Ambos residían en la urbanización Bicentenario, Chivacoa, donde todavía tienen familia y la hija de cuatro años.
La esperanza y la fe son las que mantienen de pie a los parientes de Franco Caraballo, “han sido días de angustia, de tristeza, pero sobre todo de mucha rabia porque está siendo tratado como un delincuente y así como él hay mucho inocentes presos que fueron a Estados Unidos a trabajar y no a delinquir”, dijo la suegra del joven.
El sanfelipeño Jesús Alberto Ríos también salió en busca del sueño americano
Jesús Alberto Ríos Andrades de 22 años es otro de los venezolanos que fue deportado para la cárcel de El Salvador, sus familiares en el sector Las Tinajas de la Parroquia Albarico en el municipio San Felipe perdieron comunicación con él desde hace una semana, este fue detenido por el equipo de Migración a principios de febrero.

Ríos Andrades emigró en un primer momento para Colombia en el año 2017, pero luego al pasar el tiempo decidió probar suerte en el año 2023 en Estados Unidos, familiares aseguran que actualmente estaba trabajando como albañil y se había casado, «estaba arreglando todos sus papeles».
La noche de este miércoles #19Mar sus familiares recolectaban firmas entre vecinos de la comunidad donde se crió desde niño, aseguran que no tiene antecedente penales, «siempre ha sido un chamo trabajador».
Claman por la libertad de este y otros ciudadanos que salieron del país en busca de mejores condiciones para ellos como para sus familiares.
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