Diálogo que nunca llega: Una propuesta de diálogo es urgente que sea materializada en el país. Sin embargo, lo cualitativo o lo representativo no debe ser un elemento que dejemos por fuera en ese caso. Entendemos que el oficialismo es una de las partes, pero cuando en la figura de Jorge Rodríguez, se convoca a unas fuerzas políticas que apenas fueron votadas en el evento 28J, que fueron vapuleadas por los electores ¿no es un contrasentido?, ¿tales representantes no fueron descalificados por la población en su resultado? Por otra parte, ¿la verdadera oposición está cerrada a cualquier posibilidad de diálogo? Las negociaciones deben ser limpiadas de ese halo de rendición que le han colocado los extremistas. Sin diálogo los conflictos tienden a hacerse permanentes, y, eso en una sociedad, es un completo fracaso.
Pasar la página: El Gobierno de Estados Unidos, prácticamente, propone que las elecciones generales del 2025 serían una válvula de escape para el país, en el entendido que la oposición participaría, obtendría mayoría de espacios, y, tendría mejores condiciones para una negociación política con el oficialismo. ¿Participaría la oposición en una nueva elección?, ¿la población saldría a votar?, ¿deberían crearse mejores condiciones en el supuesto negado de acordarlas? Todas estas interrogantes, contienen un solo elemento positivo, y es que la solución tendría que darse puertas adentro, en el país. Soy creyente del voto cuando el mismo tiene sentido, y a partir del 28J, la credibilidad del propio sistema democrático, quedó puesta en duda. Sin embargo, la propuesta no es del todo descabellada. Veremos.
Enchufados: Parafraseando a los inicios de la ontología, me pregunto ¿qué son y de dónde vienen los enchufados? El presidente Maduro insiste con el tema, pero me genera diversas preguntas. ¿Los enchufados son quienes simplemente se benefician económicamente del gobierno de forma parasitaria?, ¿son los que se benefician, pero no son leales? En cada uno de estos supuestos, como válidos, entonces la falla no proviene de los beneficiados sino de los controles que puedan o no ejercerse desde la función pública. Lo otro es que un empresario no necesita ser un proselitista para contratar con el gobierno. Imponer esta regla simplemente crearía una nueva aristocracia, -usando esos términos revolucionarios-, primero leales, y, después, empresarios. Entendible, sí, que no se puede ser beneficiario de un gobierno y atacarlo abiertamente. Es una contradicción.
Educación: El primer llamado a la reincorporación de docentes jubilados al sistema educativo, fracasó, y, todo intento no vinculado a una sustancial mejora de la calidad de vida, terminará con el mismo resultado. Nuestro problema educativo no es solo de carencia de personal, de evidentes fallas de infraestructuras, de ausencia de motivación en el alumnado, en las familias. Nuestra educación, así como está ahora, no tiene sentido ni rumbo, no tiene propósito, por tanto, todas las partes que la componen tienden a operar en dirección opuesta al sistema. Un debate, una discusión sobre qué hacer con la educación, es vital, pero sin los sectarismos que impone el propio modelo.
El dólar de los tormentos: El control artificial del valor del dólar, no solo se ha intentado varias veces, sino que ha demostrado ser inservible su aplicación en la práctica. Recientemente, traté de adquirir un producto en una tienda de juguetes, pero desistí cuando la encargada me dijo que el precio al cambio se calculaba al dólar paralelo. Mi oposición a la operación no se dio por un contexto de simple negación, sino porque al parecer algunos comerciantes no han encontrado una manera legal y efectiva de conciliar esta brecha que es insostenible entre valor nominal y valor real. Tampoco creo que los negocios deban ser forzados a vender a pérdidas. La cosa se está complicando con el tema, y la inacción no es lo mejor en estos casos.
