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lunes, julio 28, 2025
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Travesías…De cara al sol

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Primeramente quiero agradecer a mis lectores yaracuyanos sus comentarios, y su fiel seguimiento a mis artículos…Es normal que un músico encuentre inspiración en el amor o desamor, otros, como el caso que traigo a colación, lo hizo desde su historia, de cara al sol.

Y como grito ensordecedor, actitud arrogante y al mismo tiempo desafiante por años, decidió quitarse el velo que hasta ese momento cubría su rostro, dada la incapacidad para proteger la fragilidad que saltaba a la vista de cualquier samaritano y, que por largos años, cubrió el rostro nada empático consigo mismo, por la pesada sombra de inseguridad que se extendía sobre mis hombros, y que hacía añicos en la vida de aquel «samaritano» que luchaba contra un enemigo que solía no identificarse, pero que le atormentaba y entendía que la expresión corporal de aquel hombre le retrataba en una sociedad ávida de crítica.

Por lo menos, eso era lo que recorría su alma y su rostro, que con aura de desconfianza, solo la soledad tranquilizaba, ya que la vida misma me extrañaba. No obstante, no sentirse dueño de su destino, la soledad y el silencio era un espacio de apaciguamiento de temores y miedos infundados que le oxigenaba, tomaba fuerzas y como quiera, salía con nuevos bríos que se traducía en un deseo y una voluntad de hacer algo con espíritu emprendedor, y que de manera progresiva y constante se desvanecía frente a un mundo que percibía amenazante sin causa «aparente», pero que el tiempo y la experiencia se encargó de revelar. Obviamente, daba al traste cualquier proyecto o vestigio de desarrollo profesional y de progreso económico para él y su familia.

La confianza y la identificación consigo mismo, brillaban por su ausencia y que desembocaba en una parálisis general que ponía aún más difícil la situación. ¿A qué obedecía esa parálisis que se reflejaba en sus expresiones corporales, pero que, no obstante, cubrirlo con manto de impunidad, la rechazaba, no la aceptaba porque sentía que no le pertenecía?.

Con ayuda de psicoterapia, se le diagnosticó un «sesgo cognitivo repetitivo» que por décadas soslayaba su personalidad, ahogando cualquier intento de superación de tamaño escollo. Una vez documentado en este tipo de diagnóstico, comprendió que «son errores sistemáticos en el pensamiento que afectan la forma en que se procesa la información, se emiten juicios y se toman decisiones llegando, obviamente, a conclusiones irracionales e inexactas”.

Este tipo de anomalía no necesariamente es irreversible, es difícil de cambiar debido al fortalecimiento con repetición de las vías neuronales para procesar, de manera rápida e inmediata, ciertos comportamientos, lo que dificulta la creación de nuevas vías que sigan un razonamiento más lógico.

Mientras el proceso de sanación avanza, lento pero progresivo; aún la soledad formaba parte de la zona de confort que no contradecía sus ideas y creencias preconcebidas, y acompañado del enemigo a evitar “el sesgo de confirmación».

La jornada laboral, día a día, era todo un desafío que la expresión corporal no mentía; llegaba luego al hogar donde por arte de magia todo signo de incertidumbre desaparecía.

Una particularidad que de cualquier manera fortaleció éste tipo de actitud, fue la educación familiar impartida que atemorizada bajo el manto de una responsabilidad mal orientada.

Convencido que Dios en su misericordia, le protegía y fue bastón y guía que lo ayudó a sanar heridas, construir una familia, un hogar, que comparte, y es su orgullo, un título universitario y una jubilación laboral digna. La bendicion de Dios que recibió en otras arte y la conexion con la naturaleza, así lo confirman.

Hace público el agradecimiento al «espíritu de Dios por tan valiosa fortaleza para resistir pruebas y desafíos, a ser mejor persona y estar consciente de las limitaciones de los seres humanos«.

«La verdadera libertad se va logrando en la medida que nos encontremos con nosotros mismos»…
«De cara al sol». El tiempo es testigo de una recuperación al abrigo del Altísimo. «A sus 70… ya nada importa». Hasta otra travesía…

Leer también: Actitudes híbridas

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