
El histórico acuerdo entre Israel y Hamás, mediado en Egipto y respaldado por Estados Unidos, ha abierto la puerta a un cese de hostilidades en la Franja de Gaza. Sin embargo, este jueves se conoció que el pacto ha generado críticas entre sectores palestinos al excluir del intercambio a figuras clave del movimiento nacionalista, entre ellas el influyente dirigente Marwan Barghouti.
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A pesar de que el acuerdo prevé la liberación de 1.950 prisioneros palestinos, ni Barghouti ni otros líderes emblemáticos como Ahmed Sadat, Hasan Salameh o Abás al Sayed forman parte de la lista. Estas figuras habían sido prioridad para Hamás en rondas previas de negociación, pero finalmente quedaron fuera, según reseña Versión Final.
Barghouti, considerado por muchos como el sucesor natural de Mahmud Abás en la Autoridad Nacional Palestina, permanece detenido desde 2002. Su exclusión del canje ha sido interpretada como una concesión de Hamás en un intento por asegurar un alto el fuego inmediato, frente a las devastadoras consecuencias humanitarias del conflicto. La visita del ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, a su celda el pasado agosto, generó críticas internacionales, al ser vista como un acto de provocación y humillación.
El pacto contempla, además, un proceso en fases. En una primera etapa, Israel deberá retirar sus tropas hasta una zona delimitada, conocida como la “línea amarilla”, lo que permitirá la entrada de ayuda humanitaria y la preparación para la liberación de rehenes. Se estima que aún permanecen con vida unos 20 ciudadanos israelíes en manos de milicianos palestinos, cuya liberación se completará en un plazo de 72 horas tras la retirada militar.
La medida aún requiere la aprobación formal del gabinete de Benjamín Netanyahu, cuya reunión está prevista para este jueves por la tarde en Jerusalén. La aprobación del acuerdo por parte del Ejecutivo israelí marcará el inicio de la retirada táctica de sus fuerzas y pondrá en marcha los plazos establecidos.

De los 1.950 palestinos que serán liberados, 250 cumplen condenas a cadena perpetua, mientras que el resto está compuesto principalmente por detenidos de Gaza. Aunque la magnitud del intercambio es considerable, Hamás no ha logrado incluir a los nombres más simbólicos del movimiento, lo que podría generar tensiones internas y críticas entre la población palestina.
En un comunicado, Hamás justificó el acuerdo como un paso necesario para detener lo que califican como una “guerra de exterminio” contra el pueblo palestino. También insistieron en que el pacto sienta las bases para una retirada progresiva de Israel del territorio gazatí, aunque el mantenimiento de una zona de control militar israelí dentro del enclave aún genera dudas sobre el alcance real del compromiso.