Al menos 31 personas murieron este domingo 27 de julio en diversos puntos del enclave palestino, en medio de nuevos ataques que se produjeron pese a la reciente implementación de una “pausa táctica” en las operaciones militares israelíes.
La medida, anunciada por el Ejército israelí, entró en vigor este domingo con el objetivo de facilitar la entrega de asistencia humanitaria. Según el comunicado, la pausa tendría lugar diariamente entre las 10:00 y las 20:00 hora local, abarcando zonas clave como la ciudad de Gaza (norte), Deir Al Balah (centro) y Al Mawasi (sur).
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Además, se prometieron “rutas seguras” desde las 06:00 hasta las 23:00 horas para el paso de convoyes de la ONU y otras organizaciones que reparten comida y medicamentos. Sin embargo, la violencia no dio tregua.
El hospital Al Shifa confirmó la muerte de al menos 11 personas durante la madrugada de hoy, cuando esperaban la llegada de camiones con ayuda cerca del puesto militar de Zikim, en las afueras de Beit Lahia. A ese hecho se sumó otro ataque en Deir Al Balah, donde el hospital Al Awda reportó nueve víctimas mortales cerca de un punto de distribución gestionado por la cuestionada Fundación Humanitaria para Gaza (GHF).
En el sur, el complejo médico Nasser informó el fallecimiento de otras seis personas, también cerca de un centro de GHF, al suroeste de Jan Yunis, presuntamente, a causa de disparos de soldados israelíes. Por último, en Ciudad de Gaza, cinco personas, incluidos dos niños y una mujer, murieron en un ataque aéreo en el barrio de Al Remal.
Las circunstancias de estos hechos, ocurridos apenas horas después del anuncio de la “pausa táctica”, generan dudas sobre su efectividad y cumplimiento. El Ejército israelí, hasta el momento, no ha emitido comentarios sobre los incidentes reportados por hospitales y medios locales.
La situación en Gaza continúa siendo crítica, con una población civil cada vez más expuesta a la violencia, incluso en momentos que se anuncian como humanitarios. La comunidad internacional, en especial las agencias humanitarias, observan con preocupación el deterioro de la seguridad en las zonas donde se intenta distribuir ayuda esencial para la subsistencia de miles de personas.
