
Assaylemath, es el comienzo de una oración atribuida a Salomón en el siglo XIII. Hace que Dios aumente la memoria, la razón y la elocuencia de quien la recita.
Se presenta primero de forma abreviada: Assaylemath, assay, Lemeth, Azzabue, Azzaylemath, Lemath Azacgessenio, Lemath, Sebanche, Ellithy y Aygezo.Obsérvese que, en la medida que fluye la oración, la frase se va descomponiendo, abriendo espacios para nuevas palabras, quedando Assaylemath encriptada y corrupta, lo cual distrae al lector o al visor para que este no logre descifrar la intención de la petición.
Al leer la oración completa, se descubre que son palabras que traducen la plegaria donde se clama porque haya sabiduría. En los diversos libros secretos, esta oración es dicha para alcanzar el ensanche de la memoria. Quien la lee tendrá elocuencia.
La oración traduce: “Oh Dios altísimo, Dios invisible, Theos, Patir Heminas. Por tus arcángeles, Eliphamasay, Genolucoa, Gebeche Banai, Gerabcai, Elomnit; y por tus gloriosos ángeles, cuyos nombres son tan consagrados, que no pueden ser pronunciados por nosotros; que son estos: Do, Hel, X, P Do, Hel, X, P, A, Li, O, F, A, Li, O, F,… y que no puede ser comprendido por humano Sense.
El prólogo de la oración sigue y se exclama por la memoria y por las imperfecciones de la lengua: Lameth, y con esto te ruego hoy, Oh, Theos.
La oración sigue: Si es por la memoria que se diga por la mañana, y para cualquier otro efecto se hará en la noche. Te suplico, oh mi Señor, que ilumines la luz de mi conciencia con el esplendor de tu luz: ilustra y confirma mi entendimiento con el dulce olor de tu espíritu. Adorna mi alma, ese oído que pueda escuchar, y lo que oigo, puedo retener en mi memoria.
Oh Señor, reforma mi corazón, restaura mis sentidos y fortalecelos; califica mi memoria con tus dones. Misericordiosamente, abre la dulzura de mi alma. Oh Dios misericordioso, templa el marco de mi lengua, por tu más glorioso nombre indescriptible. Tú, que eres la fuente de toda bondad, primavera de la piedad, ten paciencia conmigo, dame una buena memoria y concédeme sobre mí lo que pido de ti en esta santa oración.
Oh tú que no dices de inmediato, juzga a un pecador; pero misericordiosamente aguarda, esperando su arrepentimiento. Yo te suplico que quites la culpa de mis pecados, y borres mi maldad y ofensa, y concédeme estas peticiones por la virtud de tus santos ángeles, tú que eres un dios en la Trinidad. Amén”.
La oración referida la encontramos en el Ars Notoria, 14ff: Azay lemach azae gessemon thelamech azabhaihal. Así como también la podemos leer en el Liber iuratus, chap. XXI: Hazailzemaht uel Hasaylemath lemaht azac gessemon thelamoht hazab habatal haebal. Por igual, en el capítulo XX del Liber Iuratus.
Leer también: Ararita