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miércoles, mayo 7, 2025
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José Prado: Inclusión universitaria en Venezuela: un derecho pendiente

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Estimado lectores, como lo plantea Omar Martínez este año 2025, la educación es un derecho humano fundamental que permite superar las desigualdades y garantizar un desarrollo sostenible, reconocida mundialmente como motor para el desarrollo social. De allí la relevancia de que todos accedan a ella con igualdad de oportunidades y no únicamente a los primeros niveles educativos, sino aún más, hacia una educación universitaria de calidad, congruente con el reconocimiento de los postulados de nuestra Carta Magna, que proclama la educación como la vía para el desarrollo humano integral generador de bienestar para sí mismo y para la nación.

Ahora bien, la crisis económica ha incidido negativamente en el cumplimiento de este derecho, así se evidencia en el deterioro de las infraestructuras de muchas de estas casas de estudios superiores, tal como lo reseña el observatorio de universidades, debido a la falta de recursos para el mantenimiento preventivo y correctivo, así como las adecuaciones para garantizar la accesibilidad física de personas con discapacidad, lo que en muchos casos limita o impide el acceso equitativo.

Tornando esta realidad, aún más sombría para los estudiantes con discapacidades adquiridas, congénitas o temporales, una ausencia de políticas públicas y privadas para el acondicionamiento de las edificaciones respecto de las rampas de acceso, ascensores, transporte acondicionados para esta categoría de personas, la ausencia de materiales de estudio en formatos accesibles tales como braille, digital con lectores de pantalla, la carencia de intérpretes de lengua de señas de mucha valía en contextos legales, así como la escasa o casi nula capacitación del personal docente en estrategias pedagógicas inclusivas, juegan en contra de la consecución de este gran objetivo.

La inclusión es un derecho pendiente que requiere que las universidades venezolanas se transformen en espacios accesibles, con adaptaciones concretas tanto arquitectónicas, actitudinales, curriculares, formación obligatoria en lengua de señas y braille, como eje transversal del curriculum para una verdadera igualdad de condiciones y oportunidades, y con una escucha activa de las personas con alguna condición. Amanecerá y veremos.

Leer también: “No solo es serlo, sino parecerlo”

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