El alto precio de la carne tiene a una gran parte de los yaracuyanos lejos de su consumo, el presupuesto del asalariado no es suficiente para adquirir la proteína, por lo que buscan otras alternativas para alimentarse.
El precio de la carne se ubica entre 430 y 480 bolívares (un poco más de $ 8), hay variedad de precio en el mercado, pero si el consumidor la prefiere de primera su precio aumenta.
Ante el elevado precio de la carne, consumidores recurren a comprar pollo. En un recorrido por los diversos locales del área metropolitana se observó que hay sitios que expenden esta proteína más económica, por ende se observa la presencia de más clientes porque buscan el ahorro.
Actualmente, el pollo está en Bs. 130 el kilo. Algunas carnicerías tienen combos de diferentes tipos de carne, con mortadela y queso.
«Hay que ingeniárselas para poder comer medio bien, porque lo que uno gana no alcanza para hacer un mercado completo como se podía hacer antes, ahora son dos cositas y listo», dijo Marisela Colmenárez.
Agregó que cuando compra carne busca es molida, porque la puede rendir con una salsa de tomate tipo bologna y del pollo saca las milanesas que rinde bastante y las demás presas las cocina con arroz.
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Dijo que para otros días hace granos, como lentejas o caraotas negras.
«Hay que saber jugar con lo que se tiene y lo que se puede comprar para variar y los niños puedan comer a gusto, pero es difícil tener un plato completo«, apuntó.
Se ha dejado de comer
Hay quienes se han visto en la necesidad de dejar de ingerir algunos alimentos, porque simplemente sus ingresos no les alcanza, afirmó Ángel Brito.
Destacó que su sueldo quincenal es muy bajo en comparación a lo que tiene que comprar para alimentar a su esposa e hijo.
«Si en una quincena lo que cobro es entre 230 y 280 bolívares, es poco lo que puedo comprar, por eso aparte de ser vigilante hago otros trabajos extras que a veces me los cancelan en divisas y puedo medio comprar algunas cosas«, dijo.
Lilibeth Aguilar, ama de casa, refirió que en su casa, por lo general, comían mucha carne, pero desde que los precios se desataron optaron por comer más pollo y huevos. «Debemos variar en las compras. También hay que buscar la economía y lo que rinda más, en mi casa somos cinco personas», apuntó.
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