La tradición venezolana asegura que (en el mejor de los casos) en diciembre huele a ropa nueva, a guiso de hallaca y por supuesto a paredes recién pintadas, además es la fecha en que se aprovecha de realizar algunas reparaciones y mejoras a las viviendas, en ocasión de que los trabajadores reciben el pago de los aguinaldos.
En un sondeo realizado en el comercio de la ciudad, los precios para pintar rejas, paredes internas y externas, cambiar la grifería en el baño, de la cocina y baño y hacer otra reparación que requiera de unos 20 bloques y cemento, oscila en más de 120 dólares, eso sin contar la mano de obra.
La dura situación económica ha traído como consecuencia que en los últimos años este tipo de costumbres merme, ya que las familias prefieren destinar el presupuesto para cubrir la alimentación.
Algunos comerciantes entrevistados señalan que la situación no es la misma de años anteriores, en la que las personas hasta cambiaban de muebles y comedor, pues ahora solo se enfocan en pintar la casa -y eso es cada 5 años por lo menos- y hacer algunas reparaciones menores, como cambio de grifería, frisar una pared, cambiar una lámina del techo o pintar las rejas.
Pedro Salcedo, quién explicó que de vez en cuando se desempeña como pintor, dijo que a manera de ahorro, las personas están utilizando cal líquida para pintar las paredes de sus casas debido a los bajos costos, pero no la recomienda para pintar interiores debido al polvillo que expide la cal, solo para los exteriores.
En el caso de Fernanda Alvarado, dijo que solo piensa pintar la sala de su casa y las rejas, porque el presupuesto no le alcanzará para pintar las habitaciones. “Uno quisiera hacer de todo, pero el dinero no alcanza para eso y uno se ajusta a las prioridades”, expuso.
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