La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) se solidarizó con el cardenal Baltazar Porras tras los “incidentes que le impidieron trasladarse” al estado Trujillo, específicamente a Isnotú, pueblo natal de San José Gregorio Hernández, para presidir la misa a propósito de su natalicio y recién canonización.
Por medio de un comunicado publicado este domingo 26 de octubre, la Iglesia lamentó profundamente la situación y recordó el “papel fundamental e incansable que ha desempeñado el cardenal Porras en los procesos que han conducido a la canonización de San José Gregorio Hernández y de la madre Carmen Rendiles”.
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En ese mismo sentido, la CEV hizo un llamado “urgente” a todos los venezolanos “a no utilizar los símbolos de la fe, la devoción popular ni las figuras de los santos con fines proselitistas o partidistas”.
Añadió que el uso de estos elementos con tales propósitos, “no solo es impropio, sino que empaña la profunda alegría y la auténtica fe” de los venezolanos. “La santidad de San José Gregorio Hernández y de la madre Carmen Rendiles es un patrimonio de todo el pueblo venezolano y un motivo de orgullo que debe congregarnos en la caridad y la esperanza. Confiamos en que la devoción a nuestros nuevos santos nos inspire a trabajar por la reconciliación y la paz en nuestra amada nación”, agregó la CEV.
El pasado 25 de octubre, cardenal Baltazar Porras denunció que las autoridades le impidieron llegar a Isnotú, tanto por vía aérea como terrestres, pese a los diversos intentos.
Dijo que no obtuvo una respuesta concreta de qué estaba sucediendo, pero alertó que recibió mensajes donde se le decía que en lugar donde se celebraría la misa habría intentos de disturbios y que su presencia en Trujillo era un “peligro”. Ante la situación y la militarización alrededor del cardenal, decidió devolverse a Caracas.
