
Lo dijo un sabio poeta, lo repetía mi mamá, no hay que pedir tiempo al tiempo, nunca hay tiempo para dar, una fecha señalada nadie la puede cambiar, hay un día con la hora, y es lo que vamos a durar para estar bajo la tierra, sin derecho a protestar, nuestro Padre desde el cielo a todos nos quiso dar, un tiempo para el sufrimiento y otro para disfrutar, y que en nuestra existencia aprendamos a aceptar, que existe lo bueno y lo malo donde todo hay que afrontar.
Dios elige entre sus hijos, para que puedan durar, los arranca de la muerte, hasta hacerlos regresar, después de ser desahuciados en la UCI de algún hospital, por accidente de tránsito o una enfermedad mortal, eso ya está comprobado aquí o en cualquier lugar, es cuando comentamos todos.
Este no estaba en la lista, Dios lo hizo regresar, lo vimos un mes en agonía, sin esperanzas de matricular, y ya está de vuelta en casa con ganas de joropear, no estaba anotado en la lista, aún le falta por andar, cuando le llegue la hora, ni el Chapulín lo va a salvar.
Se salva el alma y el espíritu si se sabe comportar, y entender que hay unos mandamientos que debemos respetar, y que en cada paso que demos solo Dios nos va a guiar, para que esto se logre, hay que amar y perdonar, seriamos como especie de un barco, listo para navegar, llegar a la ancianidad es la más clara visión, como se agota la fuerza y asimismo la condición, el cuerpo se pone inservible y deprime el corazón, de eso estoy convencido.
Agradecido con Dios, por todo lo que me ha dado en un tiempo que ya transcurrió, desde el día en que nací, hasta los 82 que ya les estoy pisando los talones, comiendo todo de lo que Dios me repara, dentro de mi duración, me siento muy orgulloso dentro de mi corazón, por andar siempre con Dios, bajo cualquier situación con él pude aprender lo que es la paz y la unión.
Conquistar muchos amigos era mi gran ambición, tratando de entregar siempre algo como reflexión, tratando de evitar siempre lo que es la confrontación, es muy sabroso vivir sin recibir pescozón, no digo que he sido un santo, mentir no es mi condición, pequé como los demás, en mi época de mocetón, el impulso y el deseo no frena la tentación, después viene lo indeseable, vivir en desolación, con muchas enfermedades sin una buena atención, el ánimo por el suelo y algo como depresión.
Así nos toca vivir hasta llegar al cajón, a donde nos van a llevar en furgoneta, hasta un panteón, no me estoy adelantando es una simple opinión, y trato de que todo sirva como una reflexión, errar es de humano, pero hay la rectificación, cuando baje por la calle 25 escucharán mi canción Paisajes de San Felipe, en tiempo de cimarrón.
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