
Las personas con movilidad reducida, bien sea con alguna discapacidad o adultos mayores, enfrentan muchas dificultades para desplazarse por las calles y avenidas del área metropolitana de Yaracuy, esto debido a las pocas estructuras adaptadas a sus necesidades, aunado a la falta de conciencia ciudadana.
Y es que la accesibilidad urbana, término acuñado a espacios públicos inclusivos y con facilidades para personas con discapacidad o movilidad reducida, es materia pendiente en Yaracuy. Aunque existen lugares que cumplen con las medidas básicas, esto es solo un pequeño porcentaje.

Así lo dijeron varios consultados, quienes aseguraron que son varios los aspectos que se deben modificar, entre ellos, que en el centro de la ciudad hace falta la instalación de rampas. Aunque en la Avenida Libertador hay varias, también requieren en zonas alternas como las avenidas La Patria, Cedeño, Cartagena, Alberto Ravell, José Joaquín Veroes, Yaracuy, entre otras.
¿Qué dice la ley?
El artículo 37 de la Ley Orgánica para la Inclusión, Igualdad, Desarrollo Integral de las Personas con Discapacidad, señala textualmente: “A fin de que las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida, el Estado venezolano, con la activa participación de la sociedad, tomará medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad, en igualdad de condiciones con las demás, al entorno físico, el transporte, la información y las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y comunicación, y a otros servicios e instalaciones abiertas al público o de uso público, tanto en zonas urbanas como rurales.
Para garantizar la accesibilidad, el Estado ofrecerá formas de asistencia humana o animal e intermediarios, incluidos guías, lectores e intérpretes profesionales de la lengua de señas y todos los ajustes que sean necesarios”; sin embargo, esto poco se cumple.
Testimonios y diversos aspectos sobre esta situación

“Todas las aceras deberían tener una rampa, y las mismas estar en buen estado. El ingreso a muchos locales es cuesta arriba porque tampoco tienen”, dijo la mamá de una niña con discapacidad motora, oriunda del municipio San Felipe.
Otra consultada afirmó que los obstáculos también se presentan al usar el transporte público, ya que antes contaban con Bus Yaracuy, el cual es el único que dispone de rampas y sistema de elevación para facilitar el abordaje de las personas con alguna discapacidad, pero actualmente la cantidad de buses circulando por la ciudad ha mermado, lo que hace aún más cuesta arriba la movilización.
Otro de los problemas que enfrentan es el cruce de las calles y avenidas, ya que muchos conductores no respetan el rayado, y en otros casos existen islas que no cuentan con paso peatonal y, además, son muros muy altos.
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Un ejemplo de ello está en la Avenida La Patria, frente al Terminal de Pasajeros Domingo Aponte Barrios de San Felipe, allí a muchas personas se les dificulta cruzar la avenida, algunos tienen que llegar hasta la parte alta para pasar.
“No hay una adaptación del paso peatonal, diariamente vemos muchos abuelos que tienen que dar toda la vuelta o requieren la ayuda de varias personas para subir. Hace falta adaptar todos estos espacios para ellos y para las personas que presentan alguna discapacidad”, dijo uno de los transportistas.
Entre la lista de dificultades están las aceras angostas y que, además de ello, estén llenas de obstáculos como avisos publicitarios, pizarras e inflables. El estado tampoco cuenta con señales sonoras en los semáforos, las personas con discapacidad visual dependen de otros para cruzar.
Es necesario que muchos espacios se adapten a las especificaciones de la Comisión Venezolana de Normas Industriales (Covenin), la cual establece diversas adecuaciones arquitectónicas que permiten a las personas con discapacidad desplazarse libremente, y de esta manera ayudarlos a ser un poco más independientes.
Es necesaria más empatía
Todo esto no debe ser un trabajo solo del Estado, también es fundamental el apoyo de la ciudadanía. Hay muchos ciudadanos que no respetan los estacionamientos reservados para personas con discapacidad, e incluso no ceden el paso.
Es por ello, que varios de los consultados señalaron lo importante de fomentar la cultura de respeto y empatía, “en ocasiones la gente prefiere voltear para no ver la necesidad, pudiendo apoyar”, dijo un señor en la Avenida La Patria.