Sigo con mi viajadera entre pueblos y pueblitos probando mi propio chip que abarca hasta el infinito, desde mi estado natal partiré bien tempranito para el estado Monagas, como siempre bien bonito si entramos por Casanay, llegamos a Caripito, pero primero pasamos por San Juan de Campiarito, llegamos a la capital Maturín nos falta conocer El Furrial, El Tejero, Temblador y Uracoa.
En este viaje exquisito, la Cueva del Guácharo, que para el turista es un hito dentro de Maturín, existe un campo monumental de fútbol presto esperando a la vinotinto, cuando tiene que enfrentar a otro país distinto, luchando por clasificar, luchando por el derecho de irnos a representar para un título algún día, tenemos derecho a soñar y representar nuestra América y que nos hagan alegrar.
Jugando como Salomón Rondón eso se puede lograr, y los demás integrantes, que no hace falta nombrar, hay que mantener la calma y paciencia para esperar, sino en el presente el día puede llegar, si le llegó a Brasil y Argentina tenemos derecho también a llegar, en la generación de relevo todos vamos a confiar, ahora se ve más cerca, según se puede observar, de que hemos madurado y eso nos puede ayudar, si ese momento llega y aún me encuentro con vida lo saldré a celebrar.
Vinotinto somos todos, y no de alguien en particular, somos la misma bandera que en el cielo va a brillar, unidos en un solo corazón que con fuerza va a resonar, que viva la vinotinto, éxito les quiero desear.
Sigo con deporte, pero lo mío era el beisbol, y no lo pude practicar ya que desde muy pequeño fue trabajar y puro trabajar, y lo seguía por un radiecito que compró mi hermano Dámaso, y de Caracas llegó con él, eso fue en 1950 y me parece que fue ayer, toditos nos deleitamos con tremenda narración, cuando no era “Pancho Pepe”, era Delio Amado León, yo contaba con siete añitos y comenzó mi afición con Luis Camaleón García, eso era fijo un jonrón o una atrapada de lujo.
De Elio o por “Pelayito” Chacón, era cuando el narrador soltaba aquel vozarrón, y mis viejos muy contentos escuchando con emoción lo que salía por el radio, que decía Made in Japan y uno gozaba un montón, disfrutando de un café con leche acompañado con queso y tostón.
Cuando ganaba Oriente mi papá gritaba contento, me decía ganamos “Chingoreto, mancoreto barrigón”, era como un fin de año aquella celebración, porque somos magallaneros siempre en contra del León, pero que al fin todos somos hermanos hijos de una misma nación, y el que triunfe en la Serie del Caribe, es de todos la celebración.
Águilas del Zulia, Tigres de Aragua, Cardenales de Lara, Navegantes del Magallanes, Leones del Caracas, Tiburones de La Guaira, Caribes de Oriente y Estrellas de Margarita en el campo son rivales, pero son una misma familia, porque si es un solo equipo, cómo ganarían los reales para un cuadro familiar, por eso envío un saludo cordial sin ánimo de adular, es que son los dos deportes en nuestra patria más popular.
Todos salen con el sueño de competir y ganar, a todos deseo lo mejor y que en cada competencia mi Dios los pueda cuidar.
