Una nueva modalidad de estafa está ganando auge y varias personas en Yaracuy han sido víctimas, según señalan fuentes del CICPC, algunos afectados han dado hasta más de $150 de manera fraccionada y otras con cifras menores porque se dan cuenta a tiempo que se trata de una trampa.
Los delincuentes captan a personas que estén comercializando objetos de valor o vehículos por las redes sociales, comienzan a interactuar mostrándose interesados en la compra, y luego les solicitan el número de teléfono.
La finalidad es tener contacto por llamada telefónica o vía WhatsApp, y para ganarse la confianza de la víctima, le indican que es funcionario de algún cuerpo de seguridad, envían fotos del carnet policial y enfocan el número de credencial.
Esto genera tranquilidad en la persona, quienes confía que el negocio se va a concretar sin problema alguno; razón por la que acuerdan encontrarse en un sitio público y concurrido, lugar al que el supuesto comprador (delincuente) no llega.
A pesar de ello, el hampón nunca pierde el contacto con la víctima y, cuando se pasa la hora acordada en la que se encontrarían, le dice que se le presentó un problema y que se retrasará un poco, que necesita que le haga un pago móvil, que puede ser de 10 dólares, y que al encontrarse le pasará el dinero en divisas.
Después que la víctima hace el primer pago, le vuelve a pedir otros montos, que varían entre 5, 15, 20 y hasta 30 dólares, con la excusa de que se quedó accidentado, lo retuvo la Policía o tuvo que surtir combustible, entre otras razones. La víctima hace varios pagos fraccionados, y al sospechar que trata de una estafa, cuando reclama, el supuesto comprador ya ha desaparecido.
Según las primeras investigaciones que adelanta la policía científica, se trata de una banda que opera en todo el país usando cuentas bancarias de personas que residen en diferentes estados.
