
Este año nuevamente Yaracuy no escapó a la costumbre que se ha ido asentando de regalar flores amarillas cada 21 de septiembre.
En un recorrido realizado por el área metropolitana se pudo observar que se activaron las ventas de este producto. Una zona que estuvo bastante concurrida en este sentido fue la calle 28, cercana al Cementerio Municipal de Independencia, en donde se ubican varios puestos dedicados al ramo de la floristería.
Una vendedora señaló que este domingo muchas personas se acercaron, de hecho, desde el sábado en la tarde comenzó el movimiento de compradores para adquirir este obsequio para sus seres queridos, bien sea parejas, amigos o familiares.
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Se pudo observar que se ofertaron arreglos de flores naturales, cuyos precios estaban entre los 5 y 45 dólares. Los más llevados fueron los más económicos.
Pero no solo las floristerías se unieron al “Día de las Flores Amarillas”, tiendas de bisutería ofertaron cadenas con dijes alusivos, pulseras o anillos, mientras que algunas dulcerías vendieron postres con estas flores como decoración para regalar.
¿De dónde surge esta costumbre?
Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Paz, instaurado en 1981 por la Asamblea General de la ONU, para promover la no violencia y la resolución pacífica de los conflictos. Esta fecha también coincide con el inicio del periodo otoñal en varios países de América Latina.
En ese marco, se popularizó la entrega de flores amarillas como una forma de expresar el deseo colectivo de un mundo más pacífico. El color se asocia a la esperanza, la amistad y la energía, valores vinculados con la construcción de sociedades más armónicas.
Esta costumbre ganó aún más fuerza en redes sociales a raíz de la telenovela “Floricienta”, emitida en Argentina en 2004, donde la protagonista soñaba con recibir flores amarillas de su enamorado.
De ese modo, lo que comenzó como un gesto televisivo se transformó en un fenómeno cultural que combina romance, amistad y símbolos universales de paz.
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