Este #23Ag se cumplen cinco meses de la desaparición de Yeiber Faneite, niño de tres años que desapareció en Aroa de una manera hasta ahora misteriosa, porque nunca hubo pistas de su posible ubicación.
La madre del menor, quien fue detenida al momento que desapareció su hijo, desde el primer momento sostuvo que la última vez que vio al niño fue jugando junto a sus hermanos en el patio de la casa en donde viven, momento que ella aprovechó para buscar leña en el río.
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Al poco tiempo de haber regresado a casa, ubicada en el sector La Victoria de Bolívar, se dio cuenta de que el niño no estaba, era prácticamente de noche. Comenzó a buscarlo en la casa de algunos vecinos, en los alrededores de la comunidad y en las orillas del río, pero no lo encontró.
Más allá de esto, presuntamente, la mujer no quiso cooperar en los interrogatorios que le hacían funcionarios del CICPC, guardar silencio siempre fue su mayor refugio y esto, sin duda, generó mucha incertidumbre en los investigadores.
Los detectives trataron de hacer una investigación exhaustiva, pero la progenitora del niño no tenía celular, se comunicaba con el marido (que está preso) a través del teléfono de una vecina, la última vez fue la mañana del día que el menor desapareció y, al parecer, el hombre le estaba diciendo que necesitaba dinero.
Lo cierto es que nada se sabe de Yeiber Faneite, cuyo nombre retumba en la mente de muchas personas que se preguntan: ¿en dónde está?, ¿qué habrá pasado?, ¿por qué desapareció y nadie se dio cuenta?, entre otras incógnitas, porque nadie ha olvidado este triste caso.
La búsqueda del niño duró un poco más de un mes por parte de funcionarios de los organismos de seguridad ciudadana en el estado, con ayuda de civiles, pero luego el rastreo fue paralizado.
Cuatro hermanos del menor siguen a orden del Estado, y una adolescente quedó al cuidado de una tía materna.
La madre fue procesada por el delito de trato cruel, porque cuando desapareció Yeiber Faneite funcionarios del Conas se dieron cuenta de que los otros niños estaban descuidados y maltratados, es decir, que a ella la dejan presa no por la desaparición del menor de sus hijos, sino por la condición en la que se encontraban los otros niños.
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