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miércoles, septiembre 10, 2025
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Raimond Gutiérrez…Los puentes Eiffel en Venezuela

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Es harto conocido que, el ingeniero civil francés Alexandre Gustave Eiffel (1832-1923), adquirió renombre mundial porque fue el constructor de la Torre Eiffel, monumento parisino ubicado en el extremo del basto jardín “Campo de Marte” a la orilla del río Sena. Por otra parte, desde hace aproximadamente 50 años se ha tejido en el ideario popular venezolano una leyenda urbana según la cual: en nuestro país existen dos puentes diseñados y fabricados por Eiffel.

Esa fábula es bastante repetida y se considera tan “verosímil” que, al respecto, se ha escrito bastante. Sin embargo, lamentamos tener que decepcionar a quienes de buena fe así lo han venido creyendo, por cuanto nos dimos al cometido de realizar una investigación documental histórica al respecto, sustentándonos en las crónicas de nuestra Academia Nacional de la Ingeniería y Hábitat; más específicamente en la obra del prominente ingeniero y académico correspondiente por el estado Bolívar Noel Santiago Mariño Pardo, denominada “Crónicas, mudanzas y leyendas del puente colgante sobre el río Cuyuní, en la población de El Dorado, municipio Sifontes del estado Bolívar”, publicada en su Boletín N° 65, octubre-diciembre 2024, págs. 47 al 53.

Según dicha fábula, los puentes Eiffel serían: el puente colgante “Juan Vicente Gómez”, actualmente ubicado sobre el río Cuyuní, municipio Sifontes del estado Bolívar; y, el puente colgante “Libertador”, ubicado sobre el río Torbes, límite de los municipios Cárdenas (Táriba) y San Cristóbal del estado Táchira.

Es muy posible que el origen del mito se deba a que, al observar dichos puentes e imaginárselos como si estuvieran parados o verticales, ciertamente se parecen muchísimo -en cuanto al estilo de diseño y fabricación, a la forma de construcción y a los materiales utilizados- a la famosa Torre Eiffel. Siendo así, partimos de la siguiente premisa general: en Venezuela no existe puente alguno (de viga, arco, armadura, voladizo, colgante, atirantado o levadizo) que haya sido diseñado, fabricado o construido por Eiffel personalmente o por sus empresas “Gustave Eiffel et Compagnie”, “La Société Constructions Levallois-Perret” y “Anciens Établissements Eiffel”. Y en lo continuado, aplicamos el razonamiento deductivo (que va de lo general a lo particular) para demostrar esa conclusión negativa, específica y verídica que acabamos de sostener.

Por lo demás, en cuanto a las bondades de ese tipo de pontones, según lo cita Mariño Pardo (ob. cit.): “Entre las ventajas que ofrecen los puentes colgantes frente a otro tipo de puentes, aparecen su flexibilidad, la posibilidad de ubicar la plataforma a una gran altura, el escaso material que se necesita para desarrollarlos y la construcción sin apoyo central”.

Lo realmente ocurrido fue que, las estructuras de ambos puentes fueron diseñadas y fabricadas por la empresa francesa “Gaston Leinekugel le Cocq et Fils”, del ingeniero hidrógrafo galo Gaston Leinekugel (1867-1965), en orden cronológico, así: El puente “Juan Vicente Gómez” -que tiene dos etapas: una  guariqueña (de construcción y servicio) y otra guayanesa (de traslado y servicio)-, fue construido durante 1927 y 1930 bajo la dictadura de su homónimo, en ocasión de conmemorarse el centenario de la desaparición física del Libertador Simón Bolívar; inaugurado el 6 de mayo de 1930; que estaba ubicado -en lo que hoy es la Troncal 2- sobre el río Guárico a su paso por la población de El Sombrero, municipio Mellado del estado Guárico; y a la sazón también llamado “puente de El Sombrero”.

Para entonces, el encargado de la dirección de la obra fue el ingeniero Rafael Ruíz y el montaje fue realizado junto al maestro de obra John Brown, de origen trinitario. En esa etapa, el puente tenía una longitud de 213 mts., y una luz (distancia horizontal que hay entre los puntos de apoyo principales de la estructura: pilones o torres) de 125 mts., con 2 carriles vehiculares.

En su segunda etapa, después de 26 años de servicio en Guárico, en 1956 el puente fue desmontado, trasladado vía terrestre a las cercanías de la población El Dorado (hoy parroquia Dalla Costa del municipio Sifontes del estado Bolívar) y montado -con un solo carril vehicular- sobre el río Cuyuní, facilitando su cruce y posteriormente coadyuvando al proyecto de construcción de la carretera (que actualmente forma parte de la Troncal 10) El Dorado-Santa Elena de Uairén (hoy en día municipio Gran Sabana del estado Bolívar); cuya vía fue realizada originalmente por los soldados pioneros del Batallón de Ingeniería “Juan Manuel Cajigal” del Ejército Venezolano, orgánico de lo que en el presente es la V División de Infantería de Selva, con sede en Ciudad Bolívar, a partir de 1963, y puesta en servicio el 19 de febrero de 1973, bajo la gestión del yaracuyano Rafael “Toño” Caldera Rodríguez.

En la actualidad, el puente sigue allá, aunque en desuso, por haberse construido a su lado un puente de concreto armado sobre el mismo río, por la Corporación Venezolana de Guayana bajo la gestión del tumeremoense ingeniero Leopoldo Sucre Figarella.

El segundo puente, no menos importante históricamente, llamado “Libertador”, como ya apuntamos, fue construido entre 1928 y 1930, también durante el poderío de “El bagre”; actuó como inspector de su armadura el ingeniero ítalo-francés Luis Ramozzi (1885-1935); y fue inaugurado el 17 de diciembre de 1930, en ocasión del centenario en cuestión.

A ese acto asistieron el monseñor Miguel Ignacio Briceño, primer obispo de San Cristóbal, quien fue precisamente el solicitante de esa obra, en 1925, y otras destacadas personalidades tachirenses de la época. Se trata de un viaducto que tiene una longitud de 172,70 mts. y una luz de 112,80 mts., con dos carriles vehiculares angostos; y en el presente está en desuso por haberse construido la autopista que conecta los referidos municipios tachirenses, que se inició durante el primer quinquenio del rubiense Carlos Andrés Pérez Rodríguez.

Vueltos al primer puente colgante aquí referido, es propicio significar que hace muchos años dejó de designársele con el nombre que llegó allá, dado que en el alma regional de Guayana se llama: puente Leopoldo Sucre Figarella, en reconocimiento a quien fue el sempiterno benefactor de Guayana.

Para finalizar, además de la extraordinaria obra de Mariño Pardo, también recomendamos leer la del licenciado Rafael “El chino” Velásquez -Cronista Oficial del municipio Sifontes”, y cuya amistad nos honra desde 1987, cuando él era juez lego del municipio foráneo Dalla Costa del distrito Sifontes- denominada “El puente colgante sobre el río Cuyuní”, en la cual propone con profundidad antropológica, que al susodicho puente colgante se le declare Patrimonio Cultural Inmueble del Municipio Autónomo General Domingo Antonio Sifontes. ¡Estamos totalmente de acuerdo con ello!

Leer también: Rafael Caldera por Cimarrón Andresote

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