Mi Señor te doy las gracias por todo lo que me has dado, empezando por esa luz que siempre he utilizado sin pretender ser un sabio y que en todo estoy sobrado, soy mi propio autocrítico en todo lo que he creado, nunca me coloco un título que jamás me lo he ganado, la humildad es lo más grande que mi Dios me ha regalado, muchas veces he caído y el mismo me ha levantado.
Desde el hogar de mis padres, siempre en él he confiado, en los momentos de crisis muchas veces me ha auxiliado. En cuanto al carisma que en mí ha colocado, se debe a miles de amigos, aquí y por todos lados, sin poder cómo entender la forma en que lo he logrado.
Saludos y bendiciones en cantidad me han brindado, por las calles y avenidas que por suerte las he transitado del cincuenta y dos para acá, fecha en que aquí he llegado, cuando San Felipe e Independencia estaban unificados, eso de los municipios todavía no había llegado, cuando aquel hospital viejo, donde hoy queda el mercado, a la que era quinta avenida, Avenida Libertador le han colocado, con grandes edificaciones todo se ve muy cambiado.
Lo que no podemos negar es que hemos progresado, no hay que ir a otras partes, porque aquí todo ha llegado, para sentirnos a la par en cuanto a otros estados. Ese logro tan importante muchos los habíamos soñado.
Vemos contenedores en gandolas cuando nos llegan cargados con todo tipo de mercancías, que a Yaracuy ha llegado, para surtir los establecimientos que por suerte muchos han instalado, para unos pueblos que hoy en día ya se ven súper poblados, todo se ve insuficiente con todo dolarizado, cada día sube y sube y a todos nos tiene asfixiados, gritamos con mucha fuerza, pero nada se ha logrado, treinta millones de comensales nos sentimos bien aporreados.
Gracias a la mano de Dios, nos mantiene parapeteados. No le echo la culpa a nadie, para eso no fui enviado, para eso están los entes que el pueblo ha colocado, si no cumplen con su cometido, por el pueblo y por Dios, un día serán juzgados.
Aspiro a que esta Lorenzada a todos les haya gustado, a los verdes, a los blancos, a los rojitos, amarillos y anaranjados, a la vez que les confieso que nunca me he inclinado a pertenecer a cualquier tolda, y siempre he demostrado un aprecio por igual, para nadie siento rechazo, a todos los aprecio igual, por ese tan valioso apoyo desde mi llegada de Tartagal, y ahora sí llegó el final, pero pido mis disculpas, si algo se nota mal.
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