¡Menos mal que los deseos no preñan…! ¿Cómo alguien puede desear una invasión de acción de injerencia militar a su propio país? Este deseo extremo anda en muchos pensamientos de gente persuadida y ganada por el odio político.
¿Cómo alguien quiere vivir en el pensamiento deseoso de que un gobierno que ha arruinado la política, la económica, la sociedad y hasta moralmente a su país, pueda continuar en el poder? He persistido en estos últimos tiempos de encrucijada política del país que, cuando los extremos se tocan, es inminente un peligroso devenir en sus próximos días inmediatos.
¡Qué brutos son los hombres inteligentes! Este descalificativo, que pareciera un principio ideológico, viene al pelo a tan extremos deseos ante la inquieta desmesurada e incertidumbre amenaza militar de USA contra el Gobierno venezolano. Entonces, ¿qué opción nos corresponde asumir a lo existencial hoy en nuestro país?
La diplomacia es una rama de la ciencia política cuya esencia llama a tener mesura, audacia y valentía de amor para conquistar la paz, evitando lo peor. La imaginación no es ganar – ganar, es sacrificio de parte para llegar a un entendimiento.
Siempre ha sido el peor escenario conquistar la paz sobre un lago inmenso de sangre. La historia está harta de ese triste y desgraciado escenario. Todo en la vida es cuestión de fe en nuestro Salvador.
Fe es esperanza, y ella es querer mirar el porvenir de volver a vivir en un país lleno de vida, amor y compresión. Lo contrario es el odio, sometimiento y muerte…
Leer también: Principios inequívocos en la política
