
La relación entre la empresa privada y la universidad es un eje estratégico en la economía de apoyo. Mientras las empresas buscan innovación, talento y ventajas competitivas, las universidades se orientan hacia la generación de conocimientos, la formación de profesionales y el desarrollo social.
Este cruce de intereses, cuando se maneja con rigor, ética y sistematicidad, puede generar beneficios significativos para la sociedad como avances tecnológicos, mejoras en la productividad, soluciones a problemas complejos, mayor empleabilidad para los graduados y formación profesional posgraduada.
Buscamos, estimados lectores, a través de estas alianzas, incorporar espacios para la formación y el desarrollo de capacidades, programas de formación ejecutiva, pasantías, prácticas y cursos especializados que permitan a los estudiantes y profesionales, actualizarse y adaptarse a un entorno en rápida evolución.
Es por ello, que este 28 de agosto pasado, la Universidad Nacional Experimental del Yaracuy (Uney) estuvo presente en el primer directorio ampliado de Fedecámaras y su Consejo Consultivo 2025-2027, gracias a la invitación hecha por el licenciado Abelardo Oropeza y su equipo.
En este sentido, la Uney, a través de la Dirección de Investigación y Postgrado y Fundauney, conjuntamente con los doctores Maribel Camacho, Mario Yovera y la MSc. Maira González, coordinadora de la maestría en Ciencias Alimentarias, entregamos en ese directorio ampliado dos interesantes proyectos, el primero, a la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea) de participar en la maestría en Ciencias Alimentarias que desarrolla esta casa de estudio, y el segundo, la firma de una carta de intención entre la Uney y Fedecámaras Yaracuy para la formación y generación de programas de actualización para todo el personal interesado.
En esta importante sinergia, exige un marco claro de gobernanza, contratos de investigación y acuerdos que permitirán garantizar resultados que se traduzcan en beneficios tangibles para la sociedad yaracuyana y venezolana.
Por ello, es fundamental este acercamiento de la academia y la empresa, creando oportunidades que incidan en la capacitación de los estudiantes y profesionales de pregrado y postgrado.
En síntesis, este isomorfismo entre la empresa privada y la universidad, gestionada con transparencia, equidad y orientación, tendrá el potencial de impulsar la innovación, acelerar el desarrollo tecnológico y contribuir al bienestar colectivo.
Es, en definitiva, una alianza estratégica para avanzar hacia una economía local, regional y nacional más eficiente, inclusiva y basada en el conocimiento. Enhorabuena.
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