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martes, octubre 14, 2025
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Crónica Pop-Rock…El Santanazo: frenesí rockero

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En el mundo del espectáculo, ningún artista ni agrupación musical ha logrado causar tanta conmoción en nuestro país como la vivida los días 5, 6 y 7 de octubre de 1973, cuando se presentó en nuestro suelo el afamado guitarrista Carlos Santana y su banda. Los hechos y testimonios así lo confirman.

Por aquellos días, la banda de Santana visitó a Venezuela como parte de la gira mundial Caravanserai (1973), iniciada en junio en Japón. La New Santana Band estaba integrada por Michael Shrieve (batería), José “Chepito” Áreas (timbales), Armando Peraza (congas), Doug Rauch (bajo), Richard Kermode (piano eléctrico), Tom Coster (órgano Hammond), Leon Thomas (maracas y voz) y, por supuesto, el legendario Carlos Santana (guitarra líder).

La primera fecha de estas presentaciones se efectuó en la Plaza de Toros de Maracaibo, en donde compartieron escenario con los entonces “primitivos” Guaco. Fue toda una noche de latin jazz rock aderezada con el sonido de la gaita maracucha. ¿Resultados? A la mañana siguiente, Santana se llevaría unos furrucos y tamboras para adicionarlas a la percusión de la banda. Según reportes de la época, asistieron 15.000 personas.

Luego se presentaron en la Plaza de Toros Monumental de Valencia. Insospechadamente, las bebidas espirituosas, el desmedido consumo de sustancias prohibidas y la falta de los cordones de seguridad se combinaron para desatar el caos. Ante la asfixiante expectación que se respiraba en el ambiente, la Banda Un Camino, teloneros del evento, decidió no actuar para darle paso a la superestrella invitada. Se estima que la audiencia la formaban aproximadamente 35.000 personas. Santana inició con un tema de corte hindú, lo que hizo que el público se exasperara aún más.

Tratando de apaciguar el enfado colectivo, los presentes comenzaron a corear “Oye cómo va, mi ritmo”, “Oye cómo va” … Ante el temor de que la gente comenzara a reventar y destruir todo, el gran Mike Shrieve se acercó al micrófono y dijo a la multitud: “La música es lo único que puede tranquilizarnos”. De inmediato comenzó un apretado solo de batería que luego daría paso a los primeros acordes del clásico “Oye cómo va”. Así, la rumba rockera se desencadenó.

Una vez iniciado el evento, los jóvenes de las localidades baratas ubicados en las gradas, descendieron violentamente y desplazaron a los que ocupaban la arena cercana al escenario. Estos últimos huyeron de esa olla en dirección a las gradas. Durante ese vaivén, lamentablemente ocurrieron dos fallecimientos. El primero, el de un joven que -presumiblemente bajo los efectos de narcóticos- se lanzó al vacío desde las gradas. Falleció al instante tras impactar con el pavimento del estacionamiento.

El segundo deceso, el de un joven que quedó literalmente tapiado por el alud humano que se había desplazado desde las gradas hacia la arena. Con todo y ese desparpajo, la música no paró: “Meditation”, “Going Home”, “A1-Funk”, “Every Step Of The Way”, “Oye como va” (Rehersals)… eran parte de las melodías que parecían desvanecer disimuladamente aquel trágico saldo. Al final de la noche: más de 120 detenidos, 30 heridos y los dos fallecidos ya citados.

Al siguiente día, la gira concluyó en Caracas, teniendo como escenario el Estadio Universitario. Se estima la presencia de unos 25.000 espectadores. Aunque se tomaron medidas de seguridad, las mismas fueron muy lentas y poco efectivas. En pleno show, un sector de los concurrentes mantuvo toda la noche un combate anti policías, lanzando todo tipo de objetos contundentes a los uniformados.

En esta última jornada se registraron 15 funcionarios heridos, un centenar de detenidos, y un importante decomiso de sustancias estupefacientes. En forma global, la gira arrojó más de 190.000 bolívares en pérdidas materiales. Dada la cuantía de los destrozos y de los innumerables excesos, estas presentaciones quedarían reconocidas en nuestra historia bajo el nombre de El Santanazo. ¡Larga vida al rock and roll!

Nota: Leon Thomas no lleva tilde porque se concibe como nombre escrito en inglés. El Santanazo, así en mayúsculas, por cuanto denota el nombre de un suceso histórico del mundo del espectáculo. De hecho, la prensa escrita y revistas especializadas de la época así mismo lo titularon.

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