Rodrigo Paz fue juramentado este sábado 8 de noviembre como presidente de Bolivia ante una asistencia de 45 delegaciones internacionales. Es el primer presidente conservador del país en 20 años y promete fortalecer las relaciones con Estados Unidos.
Paz, de 58 años, es hijo del ex presidente Jaime Paz Zamora (1989-1993) y político experimentado que antes de llegar a la Presidencia fue diputado, concejal, alcalde y senador, reseñaron agencias de noticias. El nuevo mandatario nació en Santiago de Compostela, durante el exilio de su padre.
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Un torrencial aguacero en el corazón de la ciudad altiplánica marcó los actos oficiales. La plaza de armas, donde está Palacio de Gobierno y el Parlamento, se mantuvieron bajo fuerte resguardo policial.
«Dios, familia y patria: ¡Sí, juro!», expresó Paz. Edmand Lara, un exoficial de la policía, en su caracter de vicepresidente tomó el juramento.
«Bolivia era socialista, socialismo del siglo XXII… Nosotros dijimos: vamos a poner a Bolivia en el mundo y que venga el mundo a Bolivia. Capitalismo para todos, capitalismo para producir, capitalismo para tener recursos».
«Nunca más una Bolivia aislada sometida a ideologías fracasadas y mucho menos de espalda al mundo», sentenció
Recibimos un país devastado

El nuevo Presidente preguntó por el destino de tanta bonanza que tuvo Bolivia. Rodrigo Paz afirmó que “el país que recibimos está devastado, nos dejan una economía quebrada”. Acusó a los presidentes del régimen de los últimos 20 años y les dice “qué carajos nos hicieron con tanta bonanza, por qué hay gente familias que no tienen que comer”.
«Van a responder a la patria por la pobreza y la necesidad de cada boliviano y boliviana», recalcó.

«¿Dónde está el gas? ¿Dónde está el bendito mar de gas que nos prometieron?, nos dijeron que Bolivia iba a tener un mar de gas. Evo, ¿Dónde está el litio?, Arce, ¿Dónde está el litio, el gas», se preguntó
Paz, después de ganar el balotaje de octubre con el Partido Demócrata Cristiano, recibe un país con una aguda crisis económica por escasez de dólares y combustibles.
El gobierno saliente de Luis Arce agotó casi todas sus reservas de divisas para sostener una política de subsidios universales a la gasolina y el diésel. La inflación interanual a octubre fue de 19%, después de alcanzar un pico de 25% en julio.




