La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos expresó su «horror» ante la masiva operación policial llevada a cabo este martes en las favelas de Río de Janeiro, en el que resultaron fallecidas al menos 132 personas, incluyendo varias de agentes de las fuerzas de seguridad.
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Este operativo, dirigido contra el Comando Vermelho, ha sido calificado por la ONU como un reflejo de la creciente violencia policial en las comunidades más vulnerables de Brasil, donde la intervención del Estado ha tenido consecuencias letales en numerosas ocasiones.
La organización internacional exigió que se realicen «investigaciones rápidas y efectivas» sobre los hechos ocurridos y recordó a las autoridades brasileñas su obligación de cumplir con el Derecho Internacional. Esta operación se suma a una serie de acciones policiales cada vez más criticadas por el uso desmedido de la fuerza, especialmente en áreas marginalizadas del país.
Con este despliegue, que movilizó a unos 2.500 agentes en los complejos de favelas como Alemão y Penha, se ha alcanzado el récord histórico de muertes en una intervención policial en Río de Janeiro. La ONU subraya que esta es solo una de las múltiples operaciones de seguridad que se han llevado a cabo en la ciudad en los últimos años. Solo en lo que va de 2025, la Policía Federal ha realizado alrededor de 180 operaciones, muchas de ellas relacionadas con el tráfico de drogas y armas.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha convocado una reunión urgente con varios ministros del gobierno para analizar la situación y coordinar las respuestas del Estado ante esta tragedia. La creciente preocupación internacional por la violencia policial ha llevado a la ONU a reiterar su llamada al gobierno brasileño para que ponga fin a las prácticas abusivas y garantice el respeto a los derechos humanos en todas las operaciones de seguridad.
