
Este Domingo de Pascua, el Papa Francisco apareció en la plaza de San Pedro para impartir la tradicional bendición «Urbi et Orbi» (de la ciudad de Roma al mundo entero) tras la santa misa presidida por el Cardenal Angelo Comastri.
“¡Viva el Papa!”, “¡bravo!” gritó la multitud mientras Francisco recorría la plaza en su papamóvil descubierto. Durante su paso se detenía ocasionalmente para bendecir a los bebés que le acercaban, una escena común en el pasado, pero impensable hace solo unas semanas cuando el Francisco, de 88 años, luchaba por su vida.
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“Hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!” dijo Francisco, con una voz que sonaba más fuerte de lo que había sido desde su hospitalización, reportó AP.
Francisco no celebró la Misa de Pascua en la plaza, delegó en el cardenal Angelo Comastri, el arcipreste retirado de la basílica de San Pedro, pero después de que terminara la eucaristía, Francisco apareció en el balcón de la logia sobre la entrada de la basílica durante más de 20 minutos e impartió la bendición apostólica en latín.
El Papa saludó desde el balcón mientras un arzobispo del Vaticano leía en voz alta su discurso, un llamamiento global por la paz en los puntos críticos del mundo que es el sello distintivo de las celebraciones de Pascua del Vaticano.
El líder de la Iglesia Católica pidió por la paz en Gaza y Ucrania, así como en República Democrática del Congo y Myanmar y en otros puntos críticos.
En total, estuvo afuera en un día soleado de primavera durante unos 50 minutos, con temperaturas de 21 grados Celsius en una plaza llena de narcisos, tulipanes y otras flores donadas por los Países Bajos para la Pascua.
De camino a la basílica, Francisco se reunió brevemente en su hotel con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, quien estaba pasando la Pascua en Roma con su familia. El Vaticano dijo que el encuentro duró solo unos minutos y pretendía permitir un intercambio de saludos de Pascua.
Francisco sólo ha aparecido en público un puñado de veces desde que regresó al Vaticano el 23 de marzo tras una estancia hospitalaria de 38 días. No asistió a los actos solemnes del Viernes Santo y el Sábado Santo previos a la Pascua, pero se esperaba que hiciera una aparición el domingo.