
Colas para comprar huevos, pescado seco y víveres en general se aprecia en la zona comercial de Yaracuy. Este Miércoles Santo se activó el comercio en la zona metropolitana; el bono de guerra le dio un respiro a las familias, aunque varios compradores aseguran que lo poco que perciben se les va en un “mercadito”.
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La historia cada mes se repite; el área comercial luce contraída hasta que un lote de trabajadores cobra «el bono” que, en el sector público, ocurre a mitad de mes y, en el privado, suele llegar con la última quincena.

“No hay que volverse loco, hay que comprar solo comida, porque esto no alcanza” dice uno de los ciudadanos mientras aguarda para comprar un cartón de huevos. Otra ama de casa explica que cada día es menos útil: eso se gasta en una tontería, uno paga los servicios y compra comida y se acabó. Los productos están muy caros”. Aseguran que no les quedará dinero disponible para salir a pasear.
Coincidencia o no, esta Semana Santa, el ingreso del trabajador por concepto de bonificación es el principal motor económico en el área metropolitana que luce con bastante afluencia de compradores, a falta de pocas horas para la procesión del nazareno.
En la mayoría de comercios abarrotados venden víveres y alimentos en general; tiendas de ropa, de calzado no registran mayor movimiento comercial, al menos, en el recorrido realizado por el equipo de Yaracuy al Día.

