
Ararita es una palabra muy compleja dado su gran contenido espiritual. Se dice que con tan solo visualizarla o pronunciarla una vez que hemos realizado cualquier oración al Creador, el apenas la recibe ordena conceder la petición inmediatamente.
La creación está rodeada de ángeles, unos para protegerla otros para destruirla. Como nosotros somos la creación, a nuestro alrededor huestes de ángeles están al acecho para cumplir su cometido. Cuando rezamos, meditamos o reflexionamos hay ángeles que intentan que nuestras peticiones no lleguen al cielo; de allí que se aconseja visualizar o pronunciar la palabra Ararita para evitar que roben nuestras intenciones. De igual forma, actúan cuando bajan las bendiciones del Creador.
Este es un acróstico del hebreo Achad Rosh Achadotho Rosh Ichudo Tamaratho Achad, se lee Ekhad rosh, Akhduto rosh, yekhudo temurahzo que traduce “Uno es su principio, uno es su individualidad; su permutación es uno”.
Esta palabra se encuentra en frases regresivas: se copia restando una letra cada vez. Ararita, Ararit, Arari, Arar, Ara, Ar, A.
En casos más avanzados, como curaciones o exorcismos, a los pacientes suelen hacerles una cruz en la frente con un cuchillo al mismo tiempo que se pronuncia la oración consummatum est, y cortando letra tras letra con el cuchillo (nota: cortar en el aire, no en lo físico).
Estudiosos de las cosas divinas como Heinrich Cornelius Agrippa lo cita como un nombre divino.
En Semiphoras se lee que cuando se lleva grabado en una tira de oro, la palabra protege al portador de la muerte súbita. En La Llave Menor de Salomón, es un nombre divino escrito Ararita, y va acompañado de unos caracteres.
Cuando nos vamos a la expresión original (fuente aramea y hebrea) se observa a las letras hebreas Aleph (A), Resh (R), Aleph (A), Resh (R), Yud (I), Tav (T), Aleph (A) y ningún ángel negativo tocará tu oración.
Cuando escaneas las letras se establece una conexión profunda con la luz del Creador. Al llegar a tener una intimidad y entendimiento del Zohar, nuestra conciencia se profundiza y se expande. Espiritualmente, crecemos y evolucionamos. Nos convertimos en lo que debemos ser para poder obtener la felicidad y plenitud que Elohim quiere para nosotros.
El acróstico no deja de ser un código que revela la unidad absoluta, es decir, el nombre empleado para designar al Ser Primordial y trascendente que está más allá de los mundos. Se usa, como ya lo hemos expresado, para reforzar las meditaciones y oraciones.
Trataré de revelar una de las tantas formas para lograr la conexión al meditar o rezar: nos cubrimos la cabeza y cruzamos las manos o piernas para estar en circuito. Visualizamos a cuatro guardianes para que nuestra oración no se pierda en el vacío: este: Gazardiah, oeste: Pazganiah, norte: Patiah y sur: Zabuliel. Al concluir nuestras oraciones: Ararita, amén.
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