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lunes, marzo 24, 2025
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El dormir bien es vivir bien, el insomnio desgasta física y mentalmente

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No dormir lo suficiente o no tener un sueño reparador, puede generar diversas alteraciones en el organismo, que se traducen en enfermedades físicas e incluso en problemas mentales.

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Según la Asociación Latinoamericana de Medicina del Sueño, el 50 % de la población padece algún trastorno del sueño, como el insomnio, la apnea obstructiva del sueño, la parálisis de sueño y el sonambulismo, entre otros.

En marzo, por iniciativa de la World Sleep Society, se conmemora el Mes del Sueño, este año con el lema “hagamos del sueño saludable una prioridad” y por ello reflexionamos sobre la importancia de un descanso reparador.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un adulto promedio necesita entre 7 y 9 horas de sueño por noche para mantener una salud óptima. Sin embargo, se estima que aproximadamente un 30 % de la población mundial sufre de insomnio o de algún otro trastorno relacionado con el sueño, lo que impacta negativamente en su calidad de vida.

Para muchas personas, los horarios de trabajo nocturnos presentan un desafío adicional.

Depresión y ansiedad podrían ser consecuencias de no dormir bien

¿Por qué es sano dormir bien?

Porque es una función indispensable para que el organismo trabaje adecuadamente. “Aquellas personas que no duermen bien pueden desarrollar enfermedades de diversos tipos como, por ejemplo: enfermedades cardiovasculares, diabetes, demencia, depresión y ansiedad, con evidencia del aumento del riesgo relativo de todas las causas de mortalidad”, precisa el psiquiatra colombiano  César González Caro.

El especialista añade que las asociaciones de sueño a nivel mundial han acordado que un adulto debe dormir entre 6 y 8 horas. De igual forma revela estadísticas que los especialistas en medicina del sueño, indican que los niños pueden llegar a dormir entre 9 y 10 horas, los jóvenes alrededor de 9 y los adultos mayores entre 6 y 7 horas.

No dormir lo suficiente puede generar síntomas de somnolencia diurna, embotamiento, irritabilidad, síntomas de ansiedad y depresión, cambios cognitivos y quejas físicas diversas,

Muchos procesos hormonales que hacen parte del llamado ritmo circadiano, se llevan a cabo durante la noche y estos se pueden ver alterados con los problemas de sueño.

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