Los estudios de bachillerato son un paso fundamental en la educación, ya que marcan la transición de la educación secundaria a la educación superior o al mundo laboral, proporcionando, además una base sólida en diversas disciplinas, permitiéndonos como estudiantes desarrollar habilidades, formación y creatividad. Durante esta etapa, como jóvenes también formamos nuestra identidad y valores, explorando y desarrollando intereses y destrezas.
El bachillerato nos prepara como estudiantes para la educación superior, pero también nos ayuda a adquirir competencias laborales que son valiosas en el mercado. Es un espacio donde nos encontramos y convivimos con personas de diferentes orígenes, además fomentamos la comprensión y el respeto por las personas. Con el tiempo, y después de muchos años, esta educación ha empezado a enfocarse más en otras habilidades, experiencias y competencias, así como de conocimientos académicos diferentes.
Tuve la dicha de formarme como bachiller de la República, en una excelente institución como lo fue el Liceo “Carmelo Fernández” en Guama, estado Yaracuy, donde recibí una preparación de calidad que me permitió no solo sentar las bases para asistir y graduarme en la universidad, sino también para ser ciudadanos activos, competentes y comprometidos con la sociedad venezolana.
Los momentos vividos durante esta etapa, las interacciones con los compañeros que han sido más que eso hoy día, la formación académica recibida por excelentes profesores, y el trato con su personal administrativo y obrero, así como las actividades extracurriculares desarrolladas, forman recuerdos imborrables, que han perdurado a lo largo de la vida. Estas remembranzas, contribuyen a la nostalgia y al sentido de pertenencia para la comunidad sucrense que, como ejemplo, congrega en el seno de cada familia a más de un profesional universitario en diferentes ramas del saber.
En definitiva, estimados lectores, el bachillerato no solo fue ese periodo de formación académica; es una experiencia que nos deja una huella profunda en la vida. Los recuerdos de esta etapa y las relaciones construidas influenciaron nuestra trayectoria profesional, humana y ciudadana que nos entrelaza con el mundo actual.