Nuestra amada Venezuela, desde su fundación hasta el presente, tiene entre sus costumbres patrimoniales la de acumular y divulgar jocosos refranes heredados, en parte, de sus ancestros y que, hoy en día, las nuevas generaciones no se cansan de divulgarlos tanto en reuniones familiares como en los círculos de fraternas amistades.
De ese escenario del sabroso humor es frecuente escuchar del refranero popular: Pá bachaco chivo, No se puede orinar tosiendo, A Dios rogando y con el mazo dando, Chivo que se devuelve se esnuca, Morrocoy no sube palo ni que le pongan horqueta, Más arrugao que una pasa, Cachicamo trabaja pá lapa, Tanto nadar para morir en la orilla, La masa no está pá bollo… y pare usted de contar.
A través del tiempo, incontables han sido los refranes aprendidos en el seno familiar. Entre esas sentencias pedagógicas de fino humor recordamos: Tarde piastes pajarito, El más vivo es aquel que se hace pasar por pendejo, Más flojo que gordo subiendo cerro, Dulcito tus mamones, Barriga llena corazón contento, Loro viejo no aprende hablar, Cachicamo diciéndole al morrocoy “conchúo, Primero fue sábado que domingo, Aunque se vista de seda mona se queda, Zamuro come bailando, Más salío que cucaracha en baile de gallinas, Con tan buena voz y mandando a cantar, Pa´ dónde vas a correr con esa pata hinchá,… y muchos otros más.
Además, no debe olvidarse el leguaje refranero que sale a relucir en los amenos encuentros con los amigos en las plazas públicas, clubes y en los concurridos eventos deportivos.
De esas reuniones salen a la palestra, con todo volumen: Qué va a saber el burro de carne, si lo que come es paja, Si es verdura el apio, Tocar la puerta no es entrar, Hay que arroparse hasta donde alcance la cobija, No te duermas en los laureles, Agua que no has de beber déjala correr, Zamuro cuidando carne, Mapurite sabe a quién pé, Burro “amarrao” leña segura, Donde ruge el tigre no hay burro con reumatismo, Cuando el perro muerde al amo, A ponerse las alpargatas porque lo que viene es joropo, Lo cortés no quita lo valiente, …entre los más nombrados.
Es de aclarar que lo antes expuesto, es solo una pequeña muestra del abultado repertorio refranero de nuestra tierra venezolana. Aún así, no faltará un amable lector que diga: “Ahora es cuando te faltan nombrar otros más”. Entonces, le responderé como lo confirma El Chavo del 8: “Estás en lo cierto, eso, eso, eso…”.