Voy a cambiar por completo, para otra forma de vida aunque tenga que sufrir al no mirar ni sentir a mi gente querida. Es bueno tener presente que somos hijos de la muerte con buena o con mala suerte, un día nos va a tocar cuando llegamos a ochenta.
Nos podemos comparar con un carro bien cacharro, que no deja de fallar con un leve toque técnico, la grúa nos puede enganchar y en la chivera humana, es que nos va a remolcar con la clara convicción, que hay forma para regresar, por eso mientras caminemos derechito debemos andar mantener paz y respeto, cuando nos toque hablar, sin ofensas ni descalificaciones, que al otro pueda molestar.
El mal que se aplica al otro, algún día puede regresar y convertirse en tragedia dañina, en cualquier hogar pobre el que utiliza a Dios como escudo para confrontar lo nombran fingiendo amor, después uno se da cuenta que sapos serpientes y mapanares por la boca comienzan a soltar, eso el público lo rechaza, ya que se oye comentar.
De esta forma más o menos; esto que voy a narrar fue un padre de familia que dijo en un espectáculo lo siguiente: Esto fue lo que a mi hijo hoy he venido a enseñar o mejor nos vamos de aquí en busca de otro lugar, ya que en todos los eventos la lengua hay que frenar, es parte de la cultura no debemos olvidar, aunque lo criollo también, no lo podemos negar, siempre y cuando no abusemos el día que toque actuar, es un trabajo como cualquiera donde se llega a ganar un dinero para la casa para que no falte nada en su hogar, quien viva de nuestra música yo le puedo asegurar, que si cumple como es debido, nadie lo va a rechazar, cuidando la imagen y la ética, todo el mundo lo va admirar, meterse entre ceja y ceja que usted no llegó a parrandear, fue a cumplir un contrato que no se debe violar, si agarran este consejo y lo saben aprovechar sé que al ver el resultado a mí me van a recordar, al ver un pueblo orgulloso que van a representar, si la suerte les sonríe será triunfar y triunfar, con un buen comportamiento todo se puede lograr desde esta Lorenzada, esto quise hoy plasmar.
Sacado de mi experiencia que he podido acumular no tengo riqueza alguna que otro pueda notar, pero soy rico en la fe que mi padre y mi madre me supieron inculcar, he disfrutado a lo grande. Gracias a Dios quiero dar por haberme dado el don de saberme comportar y de cantar un poquito y luz para improvisar y componer algunos temas que me hacen identificar, gracias que en todas las emisoras no han dejado de sonar, una cantidad de amigos que me supieron apoyar, entre radios, arpistas y músicos buenos que me supieron acompañar, como acto de justicia, algunos voy a nombrar, son muchos y si se me escapan algunos me tendrán que perdonar.
Entre arpistas locales mi maestro Franklin Sánchez (+), Manuel (La Cheo) Gutiérrez, Idelfonso Guevara, Francisco (Fico) Torres (+), Pastor Durán (+), Julio César Traviezo, Horacio Galíndez, Emilio Agüero, Jonny Romero, Reinaldo Falcón, por último mi mano derecha en Caracas de nombre Juan Galea, quien nació en San Felipe, quien desde niño fue llevado a Caracas me acompañó en un programa, me invitó para el Show del Pueblo, con Gilberto Correa, gracias a Juan grabamos cuatro temas: Paisajes de San Felipe, Boraureña (ambos de mi autoría), A Cocorote y Labores Campesinas del Sr. Pablo Sanoja; fue cuando comencé a llevar mis producciones por todo el país. Gracias a todos.