La discriminación y la política de Estado que no ve a las personas de una forma inclusiva, son los mayores obstáculos que tienen los ciudadanos que padecen alguna discapacidad. Se agrega, además, que la falta de presupuesto y de voluntad política dificulta la aplicación de los diferentes planes para atender a las personas con alguna condición especial, por ello, se debe tomar las medidas necesarias, ya que esto no se está cumpliendo en la mayoría de los países de Latinoamérica; se necesita con suma urgencia de políticas públicas, sistemáticas, integrales y sostenidas, dotadas de suficientes recursos para atender esta importante situación que presentan estos ciudadanos.
Por otra parte, la enorme deuda social que tienen los gobiernos latinoamericanos con su población con discapacidad no se ha comenzado a saldar de manera significativa, y no hay verdaderas políticas de Estado ni la inversión social necesaria.
Por lo expresado hasta ahora, los seres humanos de cualquier raza, condición y edad como personas, tienen el derecho inalienable de una Política de Estado que responda al propio fin, al propio carácter; a las diferencias, y que sea conforme a la cultura y a las tradiciones patrias, y al mismo tiempo, esté abierta a las relaciones fraternas con otros pueblos a fin de fomentar en la tierra la verdadera unidad, la paz y el desarrollo del ser humano en toda su expresión. Más la verdadera política educativa, propone la formación de la persona humana en un orden integral, en donde el hombre es miembro cuyas responsabilidades deberá tomar parte una vez llegado a la madurez.
Es necesario entonces, que las políticas de Estado actuales en Venezuela referidas a la educación, estén dirigidas a la integridad biopsicosocial y espiritual de las personas, entre ellas a las que tienen la condición de discapacidad, que den respuesta a sus necesidades, limitaciones y potencialidades, que se superen las propuestas y tareas habituales de la sociedad y que, además, sean sensibles a las necesidades reales de cada una de estas personas.
Ver desde el paradigma de la complejidad esta problemática permite pensar y hacer desde la educación para la discapacidad hoy, la mirada compleja de la realidad, implica concebir la misma como resultante de diversas fuerzas, se hace necesario, entonces, asumir una actitud reflexiva y crítica como profesionales en el área educativa que nos permita desenmascarar los grandes mitos que nos impiden ver al otro, ese otro que no se configura como un ser abstracto prisionero de sus déficits, para pasar a verlo como un ser humano completo, como un otro que nos pregunta, como una persona que exige nuestra respuesta, la que deberá estar orientada a la búsqueda compartida de posibles soluciones.
Por ello, es importante señalar como ejemplo claro, la política educativa asumida para la formación del talento humano en el área de la educación y en especial una educación para la discapacidad, sea instrumento esencial y transformador, capaz de estimular a enfrentar exitosamente los desafíos del mundo de hoy y permita formar ciudadanos que contribuyan a construir una sociedad más justa y abierta, basada en la solidaridad, el respeto a las diferencias culturales y derechos humanos, este debe ser el camino correcto.