«El coco de las tres marías
ha comenzado a desvanecerse:
las redes sociales”
Sentado al frente de una laptop o portátil, contemplo sorprendido, escéptico y a la vez complacido, como pasan ante mi vista, casi que en una danza intermitente, números y métodos diversos con atractivos coloridos que lucen cautivantes, diseñados para aprender comprendiendo las diversas formas o maneras de buscar y encontrar soluciones rápidas y sencillas a cuestiones matemáticas que hasta hace muy poco tiempo nos parecían demasiado difíciles y complicadas de entender y comprender.
A mi lado, expectante está mi nieta, a la espera de que yo, un abuelo mayor, rozando los 80 de la tan cacareada era dorada, la ayude con sus tareas de matemáticas. Con el detalle, de quien ayer fuese maestro (pedagogo), profesor, educador o guía, me sumerjo en sus cuadernos en busca de las luces que ella no alcanza a ver, y que me permitan guiarla u orientarla de la mejor manera posible en la búsqueda de verdades numéricas y dificultades en sus apuntes escolares.
Pese a mi experiencia de vieja data, avanzo con extrema lentitud hasta hallar las formas o maneras más apropiadas para interpretar el método que el profesor ha escogido para su aprendizaje.
He descartado los libros de texto, el tiempo apremia, y audazmente como buscando un punto de apoyo muy usado en los últimos años me adentro en el mundo de las redes sociales, entusiasmado y seguro de encontrar respuestas rápidas y de fácil aprendizaje.
Lo que me hubiese llevado un buen tiempo en su ubicación, lo logro en cuestión de minutos. Allí, ante mis ojos, yace la respuesta que buscaba. Se presenta bajo diversas interpretaciones, a cuál escoger, escojo el que considero el método más rápido, sencillo y de fácil entendimiento y, procedo, encuentro en un tiempo prudencial las respuestas numéricas que buscaba.
Se están cayendo los estereotipos y los mitos que hace varias décadas se tejieron en torno a asignaturas filtro por la dificultad para su aprendizaje y comprensión, siendo esto quizás debido al protagonismo o la influencia del internet. Con este singular avance las generaciones más jóvenes se beneficiarán.
Ese “coco” el de las tres marías se está deshaciendo. Hoy con el internet arrasante y bien posicionado, el epicentro del mundo, el lugar en el que ocurre prácticamente todo, lo que ayer era casi que imposible hoy ya no lo es. El internet trajo consigo las redes sociales, con sus caballos de batalla, Facebook, Youtube, Instagram y TikTok.
El internet, donde se hacen amigos, donde se escogen libros, películas, donde se organiza el activismo político tan en boga hoy, donde se crean y almacenan los datos más privados, en donde se desarrolla la verdadera personalidad y la identidad de las personas, se ha constituido en la herramienta o el instrumento más valioso en el diario acontecer de nuestras vidas.
Los estudiantes encuentran en las redes sociales un aporte valioso significativo e innovador en su proceso educativo, pues saben que fuera del aula le espera un valioso aliado que lo ayuda a vigorizar y a afirmar el conocimiento que recibe en el aula.
Son herramientas que facilitan, fortalecen y enriquecen los procesos de formación académica. Al profesor se obliga a “replantear” las estrategias y herramientas didácticas que el desarrollo tecnológico abre a los intereses educativos.
Hay que destacar que el uso de las redes sociales es una herramienta más de formación complementaria a las demás que no sustituye al docente ni al aula, ambos, baluartes sin lugar a discusión.
Por lo antes expuesto, quienes ayer u hoy nos hemos convertido en maestros del hogar buscando afanosamente deshacer el mito de la tres marías, alborozados, alegres y complacidos podemos gritar ¡Eureka!, como quizás lo hiciera en su tiempo Arquímedes, al descubrir el principio que lleva su nombre.