La cocina de mi casa es muy amplia, siempre lo ha sido. Ha sufrido modificaciones acordes con el criterio de mis padres, otras con el criterio de alguno de mis hermanos pero, mantiene su amplitud. Su estructura es la de un rectángulo semi rodeado por una especie de mesón de concreto en forma de “U”, con paredes en forma delicada y tablillas de ladrillo de suave color crema.
La parte superior del mesón, la cubren y embellecen ladrillos cuadrados de un hermoso color rojo brillante. Tiene asimismo, en su lado oeste, un espacio de entrada que permite el ingreso y desenvolvimiento de personas en su interior donde también se encuentra un lavaplatos, dos neveras y, al oeste, un pequeño cuarto que cumple funciones de depósito. En la parte superior del mesón en su lado este, empotrada, silenciosa, de color negro, forma ovalada, superficie ondulada y lisa, lograda por su uso con el paso de más de un siglo de funcionamiento, se destaca la que llamamos, “piedra de los aliños”. Su color, es negro y es tan antigua como la casa.
Esta piedra, se sabe que la trajeron del cauce del río Guama, debió ser parte del material que arrastra el río durante las imponentes crecientes de invierno. Esta piedra, tal vez, fue testigo mudo de muchos hechos como: el paso de Don Pablo Morillo por Guama al mando del poderoso ejército enviado por el Rey de España que, según afirma Carmelo Fernández, disfrutó de una comida preparada en su honor cuando pasó por este pueblo y siguió rumbo al oeste en una campaña que lo llevó a Santa Ana de Trujillo, donde con el Libertador, sorprendieron al mundo reuniéndose y logrando el primer acuerdo en Latinoamérica de regularización de la guerra de independencia.
Asimismo, pudo ser testigo mudo de aquella sangrienta y terrible batalla de Guama en época de Guzmán Blanco y no es difícil pensar que, debió escuchar los gritos, gemidos, tiros, cañones y órdenes impartidas por sus jefes durante el terrible tiroteo y posiblemente, fue testigo mudo de los comentarios provocados por la creación emocionada por un eufórico Matías Salazar de una condecoración denominada “Batalla de Guama” que se otorgó a los destacados por su valor y estrategia, demostrados en la contienda y que vino a reflejar una nueva muestra de las diferencias cada vez más ondas entre Matías Salazar y el entonces presidente Guzmán Blanco, al anular este tal distinción pues, solo se permitía ese tipo de condecoración, si era aprobada en Consejo de Ministros y esta, no cumplió este requisito. Pensar que este tipo de diferencia llevó a la ejecución de Matías Salazar.
Esa negra e imponente piedra, llegó a la cocina de mi casa, gracias a la bondad y broma que le quiso gastar a mi padre, don Inocencio Garrido, su buen amigo y compadre al traerla como regalo de boda el día que mi padre en la primera mitad del siglo XX, se casó con la señora: Ramona Pinto de López (QEPD) y durante mucho tiempo ha prestado su útil e ininterrumpido servicio a varias generaciones de la familia.
En la tarde del 28 de julio de 2024, regresaba de votar en las elecciones convocadas para elegir Presidente de la República y tomándome un cafecito negro en la nombrada cocina, me quedé mirando la vieja piedra y le preguntaba: ¿Cuándo vas hablar?