Cuando tenía unos diez u once años, llegaron a Guama dos médicos. Venían con su grupo familiar. Ellos eran marido y mujer, jóvenes e imagino que llenos de sueños. Estaban comenzando su vida profesional. Poco a poco, por un buen comportamiento ciudadano y profesional, se vincularon a la comunidad que los recibió y aceptó de buen grado. Con ellos, venían los padres de la doctora y sus hermanos. Estos últimos de diferentes edades y estudiantes. Ellos también se vincularon gratamente con los diferentes grupos generacionales y podría decirse que eran parte del paisaje guameño.
Todos se integraron a nuestro medio y compartieron con nosotros actividades deportivas, recreativas y las normales de convivencia humana. Participaron en las típicas y agradables conversaciones que se realizaban normalmente en la Plaza Bolívar.
El matrimonio médico se vinculó de tal forma a nuestra Guama, que la doctora llegó a ser concejal en nuestra Cámara Municipal.
Esta joven pareja de profesionales, llena de energía, activa por su competencia profesional y sensibilidad social, cumplió una encomiable labor cuyo gran beneficiario fue la comunidad de Guama y sus alrededores. Atendieron pacientes sin importar la hora o el día, y lo hicieron con profesionalismo y humanidad. Sus nombres: Delia Coll de Martínez y Arión Martínez. La vida y la necesidad de evolucionar los llevaron buscar otros derroteros en nuevos lugares, donde también brindaron su valiosa labor profesional.
El doctor Arión Martínez falleció en fecha que desconozco. Hace pocos días, su noble esposa Delia Coll de Martínez partió a la casa del Padre, dejando buen recuerdo y agradecimiento en nuestra Guama.
Rendimos acto de justicia a estos héroes de bien, expresamos nuestra palabra de condolencia a sus familiares y rogamos al Buen Dios por el eterno descanso en el reino celestial de sus almas buenas.
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