La intervención divina es invocada cuando se presentan situaciones de abortos; de allí que el Salmo 139 se convierte en una poderosa herramienta de protección, ya que el Creador participa activamente en la formación y el conocimiento de cada uno de nosotros desde el vientre materno.
Nuestra fe nos lleva directamente a los versículos del 13 al 16: 13- Porque tú poseíste mis riñones, me cubriste en el vientre de mi madre; 14- Te alabaré, porque me formaste de una manera formidable y maravillosa; y esto mi alma conoce en gran manera.
15- No fue encubierto mi cuerpo de ti, aunque yo fui hecho en secreto, y entretejido en lo profundo de la tierra, y 16- Tus ojos vieron mi cuerpo aún imperfecto, y en tu libro todos mis miembros estaban escritos; que fueron luego formados, sin faltar uno de ellos.
Se ha alcanzado un grado de comprensión cuando se afirma que Dios es quien forma y teje a la persona en el vientre de su madre. Dios conoce a sus hijos, incluso antes de su nacimiento y, para cada uno, tiene un plan específico. La vida que está allí en el vientre de una madre es una creación admirable y maravillosa para Dios. Por eso, ha de defenderse desde su concepción.
En esas situaciones difíciles de aborto, el Salmo 139 nos presenta varios nombres de Dios: Él: “oh Jehová” en el Salmo 139:1; Adonai: Significa «Señor» o «mi Señor», y también se usa para referirse a Dios en la tradición judía. El Salmo 139:7 pregunta: «¿A dónde me iré de tu Espíritu?, ¿O a dónde huiré de tu presencia?».
Omnisciencia (Dios lo sabe todo), Omnipresencia (Dios está en todas partes) y Omnipotencia (Dios todo lo puede). El Dios, en las traducciones más modernas, se usa «Dios» de forma genérica, pero se refiere al mismo poder omnipotente. Por ejemplo, en el Salmo 139: 13-16, el salmista afirma que Dios formó su interior y lo creó en el vientre de su madre.
El Elyon (Dios Altísimo): No aparece directamente, pero el Salmo 139 enfatiza la altura del conocimiento de Dios, que está más allá de la comprensión humana. El Shaddai (Dios Todopoderoso): No se menciona explícitamente, pero se alude a su poder y dominio en el control de la creación y el destino humano.
Como complemento, podemos invocar también al Salmo 121, ya que es una oración de protección divina que se utiliza para pedir por la seguridad en un embarazo. Los versículos más citados con este propósito son el 7 y 8, que dicen: «Hashem te guardará de todo mal; Hashem guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre». El salmo completo es una declaración de fe en que la ayuda y la protección vienen de Dios, quien cuida de su creación sin descanso.
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