Somos seres únicos e irrepetibles. Con dones y habilidades para construir caminos de prosperidad, pero no a la manera de otros. Recuerda que no a todos nos funciona por igual. He ahí la diferencia y el foco, en esta oportunidad, de mi comentario. Aun con las experiencias y expectativas de otras personas, continuamos pensando que «si a fulano le fue bien en determinado oficio, seguramente a mí también».
Reitero…somos seres con dones y capacidades únicas. Insistir en ver con ojos ajenos sin evaluar suficientemente si contamos no solo con los recursos, sino la capacidad y la pasión por el servicio permanente de un oficio que hasta ese momento es desconocido y que define sin duda un gran riesgo.
Por otro lado, repetir patrones profesionales cuando nuestros hijos apuntan hacia horizontes distintos, suele ser una predisposición al fracaso profesional debido a que lo ejercerá solo por compromiso. No fue su voluntad.
Jugar el juego de los demás y repetir patrones o agendas que no nos correspondan, nos condena sin duda al estancamiento profesional. No, no es correcto asumir que si a alguien le va bien en determinada profesión, oficio o proyecto de inversión, a mí también.
Aun cuando «el sol sale para todos», priva la innovación, la creación genuina y el deseo del sueño profesional.
Los deseos de padres y tutores de continuar el legado profesional, tienen que ver con la falta de libertad, carácter y firmeza en la educación de sus hijos para construir su propio espacio. Innovar y crear con base en su proceso de formación.
Sin duda, somos cómplices al no convalidar aspiraciones profesionales de nuestros hijos. Necesitamos revestirnos de un sistema educativo y de formación moral… principios que motiven, no que aterren.
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