
El Congreso de Perú destituyó el viernes a la presidenta Dina Boluarte por «incapacidad moral», continuando con un patrón de inestabilidad política en la nación andina.
José Jeri, el presidente del Congreso, ha asumido la presidencia, convirtiéndose en el séptimo presidente de Perú desde 2018. La destitución fue liderada por legisladores de oposición utilizando un mecanismo legal que ha sido empleado anteriormente para remover a otros presidentes peruanos.
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Boluarte enfrentaba acusaciones de abusos a los derechos humanos y corrupción, mientras luchaba por abordar una crisis de seguridad cada vez peor en el país. Su popularidad había caído a niveles extremadamente bajos, con solo un 2.5% de apoyo público en septiembre, según la encuestadora CPI, ubicándola entre los líderes menos populares del mundo.
La presidenta destituida llegó inicialmente al poder en diciembre de 2022, cuando sucedió a su predecesor Pedro Castillo. Castillo, un político de izquierda que había seleccionado a Boluarte como su vicepresidenta, fue removido del cargo por el Congreso después de intentar disolver el legislativo y gobernar por decreto.
«Guerra contra el crimen»
El nuevo presidente de Perú, José Jeri, prometió el viernes una «guerra contra el crimen» en una corta gestión para cumplir el actual periodo de gobierno luego de la destitución de Dina Boluarte, a menos de seis meses de las elecciones generales.
La expulsión de Boluarte se produjo en medio de una creciente ira ciudadana debido a un aumento de la delincuencia, que ha generado protestas de jóvenes, grupos civiles y de gremios de transportistas afectados por extorsiones y asesinatos de conductores por parte de bandas criminales, según la policía.
«El mal que nos aqueja en este momento es la delincuencia. El principal enemigo está en las calles», dijo Jeri en su primer discurso en el Congreso, luego de jurar al cargo.